jueves, 19 de enero de 2012

Niño Viejo Viejo Niño

Poema sobre la desnutricion infantil





SALDANDO UNA DEUDA CON LA HISTORIA


En el año 2005, sucedieron algunas cosas que amenazaron con mi salud y mi propia vida, tenia una deuda pendiente con mi vida, con mi familia, con la sociedad. A los 30 años de una vida feliz con mi esposa y mis hijos decidimos realizar el matrimonio catolico en una parroquia muy humilde como fue la de Coischo, con el padre Carlos Rea y solo mis 2 hijos de padrinos y 2 amigas de testigo. He aqui las imagenes que quiero compartir, porque finalmente son parte de nuestra historia, fue el 31 de diciembre del 2005.


sábado, 14 de enero de 2012

ENTREVISTA A ROGER SCHANK: Los colegios no deberian existir


Roger C. Schank es un crítico severo del sistema educativo actual, y no trata de suavizar sus palabras para que suenen políticamente correctas. Schank es, además, uno de los principales investigadores del mundo en Inteligencia Artificial, Teoría del Aprendizaje y en la construcción de entornos virtuales de enseñanza. Durante 35 años, fue profesor de Universidades como Standford, Yale y Northwestern. Ahora está empeñado en acabar con el actual sistema educativo, y ofrece sistemas alternativos de aprendizaje desde su compañía Socratic Arts y su organización sin ánimo de lucro, Engines for Education. KINDSEIN le ha realizado una extensa entrevista.
Según Schank, el sistema educativo que tenemos hoy —y que ha seguido invariable desde hace siglos— se podría resumir así: un profesor entra en clase y habla. Los alumnos, como mucho, toman apuntes. Como no pueden recordar lo que se les dijo, les hacen exámenes. Pero poco después de pasar esos exámenes, olvidan todo. A Schank le gusta preguntar a sus alumnos: «¿Podrías aprobar ahora, sin estudiar, el exámen de álgebra que pasaste el año pasado?» La respuesta es no. ¿Por qué? Entre otras cosas, porque no se puede aprender lo que nos dicen. Los recuerdos siempre van asociados a sorpresas, emociones, retos. Se aprende haciendo. Y el "aprender haciendo" no es un concepto nuevo. Desde la antigüedad, muchos filósofos y científicos han reiterado que es la única forma de aprender.

KINDSEIN: ¿Por qué, si es tan obvio que "aprender haciendo" es la mejor forma de enseñanza, nadie hace nada para cambiar el sistema educativo y adaptarlo a ese concepto?
ROGER SCHANK: Es bastante difícil enseñar mediante el “aprender haciendo”. Si 30 niños aprenden de esta forma, todos tendrán distintas necesidades y problemas a los que debe enfrentarse el profesor al mismo tiempo. Y todos pueden ir en distintas direcciones, según los intereses de cada uno.
El problema es el aula. Cuando hay aulas y un maestro al frente, aprender haciendo es casi imposible. Cambiar esto significa prescindir de las aulas, así como de la idea de un profesor de pie delante de 30 niños, que sabe qué es verdad y te lo va a contar. Este cambio resulta inconcebible para los colegios.
Aprender haciendo implica tener un objetivo que conseguir. Los niños deben intentar hacer algo. ¿Qué intentan en el colegio? Sobre todo, aprobar exámenes y conseguir buenas notas. La cuestión es si esa es una habilidad que merezca la pena enseñar.

KINDSEIN: ¿Quién tiene la culpa del sistema educativo? ¿Los gobiernos?
ROGER SCHANK: Por supuesto, tienen la culpa los gobiernos. Los políticos nunca se han preocupado de educar realmente a los niños, ni nunca lo harán. Todos hablan de educación porque así consiguen votos, pero un electorado verdaderamente preparado haría preguntas difíciles a los políticos, y les complicaría la vida. Los votantes tontos son más fáciles de tratar. Más aún, los adultos tontos hacen los trabajos serviles, y los gobiernos siempre están preocupados por no tener suficientes trabajadores serviles, como los soldados, para cumplir sus órdenes. Los gobiernos represivos enseñan la verdad que quieren que conozcan los ciudadanos. Los gobiernos controlados por grandes empresas enseñan a los estudiantes a convertirse en empleados dóciles. No muchos gobiernos quieren realmente enseñar a los estudiantes a pensar por sí mismos.

KINDSEIN: ¿Y los profesores? ¿Tienen algo que ver?
ROGER SCHANK: Los profesores no tienen la culpa. Han aprendido a vivir en un sistema tonto, pero normalmente empiezan con grandes ideales y aprenden a adaptarse. Podrán aprender a enseñar de una nueva manera cuando exista una nueva manera.

KINDSEIN: ¿Quién decide qué tenemos que estudiar y cómo?
ROGER SCHANK: Es una pregunta muy interesante. La respuesta, sorprendentemente, es 'nadie'. Todo se decidió hace mucho tiempo y nadie puede cambiarlo. Y, lo que es peor, hay grupos de presión que quieren dejarlo igual, y son muy fuertes. Editores de libros de texto, preparadores de exámenes, profesores y muchos otros tienen un gran interés en que todo siga igual.
Sólo tienes que intentar eliminar el álgebra o la trigonometría del plan de estudios de cualquier escuela secundaria del mundo. El clamor sería estruendoso. Esto es cierto incluso teniendo en cuenta que casi nadie recuerda nada de esos temas una vez terminado el colegio. No lo recuerdan porque es inútil y el 99,9 % de los adultos nunca lo ha utilizado. Y no, no te enseña a pensar. Si queremos enseñar a la gente a pensar podríamos investigar buenas maneras de hacerlo.

KINDSEIN: Tenemos el mismo sistema educativo desde hace cientos de años...
ROGER SCHANK: Miles de años. Los críticos romanos se quejaban de que el colegio era irrelevante e inútil. Platón señalaba que la gente aprendía haciendo; argumentaba contra el sistema existente en Grecia. Montaigne se quejaba sobre el sistema francés, Locke sobre el inglés, Einstein sobre el alemán. Nadie escuchaba.

KINDSEIN: ¿Y por qué hay tan pocos revolucionarios de la educación?
ROGER SCHANK: No es un trabajo divertido. La mayor parte de la gente no sabe nada sobre educación y defiende con ardor el sistema actual. Y aunque es fácil conseguir que la gente corriente esté de acuerdo contigo, nunca es la que puede producir un cambio.

KINDSEIN: John Taylor Gatto, John Holt, Jerry Mintz son algunos de esos revolucionarios de la educación. ¿Tienen algo en común?
ROGER SCHANK: Normalmente, los demás son ex-profesores que ven lo terrible que es el sistema. Pero no son teóricos del aprendizaje, luego no se preguntan por qué las asignaturas son como son. Aceptan que los niños no aprenden matemáticas ni literatura, sin preguntarse por qué se enseñan esas asignaturas, para empezar. Además, como normalmente no tienen formación informática, no asimilan que la solución debe estar basada en los ordenadores para que el cambio sea amplio. Internet puede cambiarlo todo al proporcionar una experiencia de alta calidad a todo el mundo. Por supuesto, lo que se ha visto hasta ahora es el vino de siempre en una nueva botella.

KINDSEIN: Da la sensación de que no sólo hay pocos recolucionarios de la educación y la mayoría de ellos acaba perdiendo la batalla o la esperanza. ¿Es eso cierto?
ROGER SCHANK: No hay muchos. De todos modos, es una cuestión de dinero. Cuando tengamos el suficiente, podemos construir el plan de estudios alternativo que necesitamos. Engines for Education (mi organización sin ánimo de lucro) lanza nuestro primer año completo en ciencias de la salud este próximo mes de septiembre.

KINDSEIN: ¿Tienes algún programa para niños?
ROGER SCHANK: El que hay disponible ahora es para universidad. Pero puede que tenga uno listo en otoño para niños de tercer grado [8 y 9 años].

KINDSEIN: ¿Cuáles son los enemigos en la batalla para acabar con la mala educación?
ROGER SCHANK: Los políticos son el principal enemigo. Cada vez están más involucrados en los exámenes, y por tanto en estropear la educación.
Las universidades son el otro gran problema. Establecen criterios de admisión que no permiten a los graduados de escuelas secundarias alternativas acceder con facilidad. Esto asusta a los padres y hace que no prueben alternativas que podrían ser mejores para sus hijos.

KINDSEIN: Eres famoso también por ser políticamente incorrecto. ¿No es un papel duro y cansado?
ROGER SCHANK: No. Es fácil para mí, de hecho algo natural. Tengo muchos fans.

KINDSEIN: ¿Pero por qué lo haces?
ROGER SCHANK: Porque es importante hacerlo. Demasiados niños brillantes y motivados se vuelven adultos infelices porque les aterrorizaban las matemáticas, o los profesores, u otros niños, o tenían algo que les gustaba hacer y no era el colegio. Me preocupan esos niños. Y vivimos en democracias donde todos pueden votar. Cuando todo el mundo está sin preparar, votarán de una manera simplista. Puede que funcione para los políticos, pero no funciona para el mundo.

«Demasiados niños brillantes y motivados se vuelven adultos infelices»

KINDSEIN: ¿Cuáles son tus planes? ¿Qué crees que vas a conseguir?
ROGER SCHANK: Voy a construir un sistema educativo del que los niños realmente quieran formar parte cada día. La gente será más feliz. El mundo será más seguro porque todos seremos capaces de entendernos mejor. La economía del mundo funcionará mejor porque los empleados entenderán realmente cómo hacer bien sus trabajos.

KINDSEIN: ¿Por qué crees que no hay nadie más que se atreva a seguir tus pasos?
ROGER SCHANK: Hace falta entender de una manera profunda cómo el aprendizaje, la memoria y la comprensión funcionan en las personas. Y es necesario entender cómo utilizar de la mejor forma posible la tecnología informática actual. No todo el mundo lo sabe. Además, si no eres miembro del 'establishment' universitario, te derribarán los que están a cargo del sistema. Mis credenciales me proporcionan credibilidad.

KINDSEIN: ¿Has creado alguna escuela?
ROGER SCHANK: Muchas de ellas. La mejor es el West Coast Campus de la universidad Carnegie Mellon. Tienen un sistema de aprendizaje en línea en programas de máster que he diseñado, y que funcionan bastante bien. También la Universidad Trump tiene algunos cursos hechos por mí y que también funcionan bien.

KINDSEIN: ¿Estás a favor del aprendizaje natural? Me refiero a que si crees que los niños deberían aprender aquello por lo que se sientan interesados y no lo que les imponen.
ROGER SCHANK: Estoy a favor de que los niños aprendan sobre lo que les interesa bajo la guía de expertos y profesores que les indiquen direcciones razonables. El plan de estudios de talla única debe desaparecer.
Los planes de estudio que están en línea solucionan ese problema. Los niños pueden avanzar a su propio paso. Esto es muy difícil de hacer en una aula tradicional. Si hay miles de niños en todo el mundo trabajando en asuntos parecidos, podemos encontrarles compañeros cuando estén listos para hacerlo.

KINDSEIN: ¿Es tan importante que los alumnos estén agrupados siempre según la edad?
ROGER SCHANK: No. De hecho, es probablemente una mala idea.

KINDSEIN: ¿Y qué hay de los diferentes tipos de "mentes"? Recientemente, ha habido un número creciente de diagnósticos de niños con síndrome de Asperger, con trastorno por déficit de atención, etc. Son niños que comparten la misma clase pero no las mismas inquietudes o necesidades que sus compañeros. ¿Cómo crees que debería abordarse este problema?

«Dejemos a los niños ser como son y enseñémosles en ese contexto, haciéndoles mejores en sus inclinaciones naturales»

ROGER SCHANK: Tenemos que dejar de pensar que si a un niño se le dan mal las matemáticas eso significa que tiene un problema de aprendizaje, y empezar a preguntarnos qué es lo que hace bien y permitirle mejorar en eso. Tenemos que dejar de drogar a los niños con Ritalin porque no pueden sentarse quietos y concentrarse, y dejar de pedirles que hagan algo que es tan poco natural para ellos. Dejemos a los niños ser como son y enseñémosles en ese contexto, haciéndoles mejores en sus inclinaciones naturales.

KINDSEIN: ¿Por qué existe el acoso escolar? ¿Es algo inherente al ser humano?
ROGER SCHANK: La escuela ayuda a reforzar muchos malos comportamientos. No creo que los colegios deban existir. Los niños necesitan aprender en contextos más fáciles, que no sean tan traumáticos.

KINDSEIN: Recientemente, entrevistamos a Jay Belsky con motivo de los últimos resultados un ambicioso estudio que concluye que a más tiempo pase un niño en una guardería, independientemente de la calidad de esta, más problemas de comportamiento tendrá después en la escuela. ¿Qué opinas de eso? ¿Crees que los niños aprenden a ser agresivos en la guardería?
ROGER SCHANK: Los colegios son guarderías, y no muy buenas.

KINDSEIN: Si queremos llegar hasta el final de los estudios, tenemos que pasar, año tras año, por una serie de asignaturas obligatorias que van en bloque y son comunes a todos los alumnos. ¿A quién beneficia este sistema?
ROGER SCHANK: El plan de estudios de los EE.UU. fue diseñado en 1892 por el presidente de Harvard, con la intención expresa de hacer la vida más fácil a los profesores de Harvard, ya que garantizaba que los alumnos que entraban habían estudiado las mismas asignaturas (las que se enseñaban en Harvard en aquel momento). Nadie puede cambiar esta situación porque el sistema está demasiado comprometido con él, y porque las universidades todavía insisten en seguir. Esta situación es más o menos la misma en todos los países. El cambio lo impiden las universidades, que realmente no tienen ningún interés en la escuela secundaria. En resumen, no quieren enseñar materias de escuela secundaria en la universidad.
Hace mucho tiempo, antes de Internet y de la posibilidad de múltiples opciones para los estudiantes, las escuelas secundarias realmente no podían cambiar. ¿Cómo podías proporcionar opciones a los estudiantes sin añadir grandes costes y muchos más profesores? Ahora ya no hay ese problema. Podemos hacer un plan de estudios una vez y puede utilizarlo cualquier persona del mundo. Sin embargo, el colegio no puede cambiar porque los gobiernos no entienden en absoluto lo que hay que hacer.

KINDSEIN: ¿Qué tipo de apoyo necesita alguien que no esté de acuerdo con el sistema educativo y quiera hacer algo para cambiarlo? ¿Dejar la escuela, escribir una queja al director de la escuela,...?

«La escuela en casa arregla uno de los problemas importantes de los colegios: que los colegios y los profesores hacen que los niños se sientan mal consigo mismos»

ROGER SCHANK: El director del colegio no puede hacer nada. No pierdas el tiempo. Pide nuevos planes de estudio en línea que tengan el apoyo de la industria y del gobierno. Pide que el dinero se invierta en construir nuevos programas de estudio en áreas específicas. O piensa en inscribir a tus hijos en los programas que yo construyo. Por supuesto, no están en español. Organiza un grupo y tradúcelos.


KINDSEIN: La escuela en casa es un sistema bastante extendido en EE.UU. No tanto en España. ¿Qué opinas del homeschooling?
ROGER SCHANK: Me gusta la idea de la escuela en casa. Pero, al final, siguen enseñando a los niños el mismo plan de estudios y el Estado sigue diciendo en muchos casos qué asignaturas tienen que enseñar. Necesitan nuevos planes de estudios.
La escuela en casa arregla uno de los problemas importantes de los colegios: que los colegios y los profesores hacen que los niños se sientan mal consigo mismos. También apunta a otro asunto-- el tiempo. Los padres que enseñan en casa pueden ir mucho más rápido en el plan de estudios normal, y así pueden enseñar temas mucho más interesantes a su propia manera con el tiempo extra.

KINDSEIN: ¿Para qué sirve la escuela tradicional? ¿Qué se aprende en ella?
ROGER SCHANK: Todo el colegio es una pérdida de tiempo si piensas que su papel es realmente el aprendizaje. La educación más importante ocurre en casa o en el trabajo. La mayoría de lo que se aprende en el colegio se olvida. Lo que sí aprenden los niños en el colegio es cómo tratar con otros niños, con la autoridad, con las normas, etc. Muchas veces, un mal profesor es el que es mezquino o descuidado en su trato con la gente. Esos profesores deberían ser despedidos, porque su papel principal, en mi opinión, es apoyar a los niños.

KINDSEIN: ¿Hay alguna escuela en el mundo donde se pueda ir a "aprender haciendo"?
ROGER SCHANK: Sí. Aprender haciendo se utiliza como método de enseñanza en escuelas de comercio, en el trabajo, en el ejército y en cualquier área en la que esperemos que la gente consiga algo. En la escuela, eso no se intenta realmente. Se espera la memorización de los hechos aleatorios que las autoridades consideran importantes. Como no hay que hacer nada, ¿por qué enseñar así? El tema clave es el cambio en el plan de estudios, para que el examen principal sea de rendimiento, no de competencia.

KINDSEIN: En la actualidad, se habla de que hay muchos profesores desmotivados y muchos que no son vocacionales. En muchas carreras universitarias, las únicas salidas laborales son la enseñanza. ¿No hay mucho desnivel entre la cantidad de alumnos y el número de profesores con ganas de hacer una buena enseñanza?
ROGER SCHANK: Enseñar es un trabajo terrible. No consigue respeto y la escuela no permite a los profesores ser bueno en lo que hacen de ninguna forma real. Necesitamos convertir la enseñanza en supervisión. La supervisión sólo puede hacerse en un plan de estudios en el que los niños están intentando conseguir algo, y realmente quieren hacerlo. Los mentores pueden ayudarles a conseguirlo. La supervisión puede ser muy gratificante, pero el sistema tiene que cambiar radicalmente para que esto ocurra.

KINDSEIN: ¿Algún consejo final para los padres? Puedes darnos alguna buena noticia sobre el futuro de la educación. ¿Hay alguna solución? ¿Hay algo que podamos hacer?
ROGER SCHANK: Ha habido colegios buenos en muchas partes a lo largo de los siglos. El problema es el sistema, no los colegios en particular. Puede haber buenos profesores y buenas experiencias en el colegio, pero son la excepción y no la regla. La buena noticia es Internet. Podemos crear buenas experiencias educativas e inmediatamente permitir a cualquier niño del mundo participar en esas experiencias. Un plan de estudios bien construido una vez puede utilizarse en todos los colegios y hogares del mundo mientras haya mentores en línea para ayudar. ¿Podemos hacerlo? Seguro que sí.
Convence a tu gobierno de que construya un puente menos o un misil menos y tendremos el dinero necesario. El gobierno es el problema, y no porque sea malo sino porque no tiene ni idea y es rehén de intereses muy poderosos que quieren impedir el cambio. Los millonarios hablan de ayudar pero siempre se refieren a enseñar las antiguas asignaturas de alguna forma nueva que mejore las puntuaciones.
El objetivo no son las notas de los exámenes, sino la felicidad. La felicidad proviene de una vida emocionante, que incorpora habilidades laborales, capacidad de razonamiento, capacidades personales, y no incluye fórmulas matemáticas ni obras literarias que consideran sagradas las distintas culturas. Tenemos que enseñar lo que importa hoy en día. Dejemos de convertir a los niños en intelectuales y hagamos que sean ciudadanos de provecho.

KINDSEIN: Gracias, Dr. Schank, y mucha suerte.

lunes, 2 de enero de 2012

LA MONA, AUNQUE SE VISTA DE SEDA, MONA SE QUEDA (sobre la educación)



Por: Javier Martínez Aldaondo
                          Gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria
jmartinez@catenaria.cl
Sólo porque todo el mundo crea que algo es verdad, no significa que lo sea. El traje nuevo del emperador (Hans Cristian Andersen)
Imagina que tienes una casa vieja, que se está cayendo a pedazos, donde nadie se siente cómodo, que se construyó en una época en que todo era distinto: el precio del terreno, los materiales, las técnicas de construcción, la composición de las familias, las necesidades que ellas tenían, la tecnología, el medio ambiente, etc. Tienes 2 alternativas bien concretas: O sigues invirtiendo dinero a fondo perdido en volver a remendar una casa que está condenada a derrumbarse (con el riesgo de quedar sepultado bajo sus escombros) o la derribas de una vez y, sobre sus cimientos, refundas un nuevo hogar, coherente con lo que demandan los tiempos que vivimos y, sobre todo, los que nos esperan. ¿Qué harías tú?
Con la educación está pasando lo mismo que con la casa vieja. El sistema se cae a pedazos pero todas las propuestas se centran en conservarlo a toda costa y ponerle todos los parches que sean necesarios. Últimamente, la mayoría de esos arreglos tienden a concentrarse en inyectar más dinero en forma de becas para los estudiantes, créditos más baratos, eliminar el lucro, aumentar el presupuesto del Ministerio de Educación, etc. Ojala fuese tan fácil. Singapur, uno de los países con mejor desempeño del mundo, gasta menos en educación primaria que 27 de los 30 países de la OCDE. Drucker afirmaba que “es mejor hacer mal lo correcto que hacer bien lo incorrecto”. Si no se rediseña primero el modelo, gastar más dinero sólo servirá para hacerlo inútil pero mejor hecho.
Curiosamente, no hay ni una sola voz discordante que plantee que tal vez ha llegado el momento de cuestionar el paradigma y optar por cambiar el modelo, de construir una casa nueva… Es muy natural resistirse a dejar lo que nos acompañó por tanto tiempo porque se ha generado apego, a veces por cariño, otras por puro interés. En un artículo sobre energía, un experto comentaba: "Necesitamos un nuevo fuego. El viejo fuego nos sirvió mucho. Nos permitió crecer como especie y modernizarnos, pero ahora nos está generando problemas. Ahora necesitamos un fuego que sea seguro y duradero”. Debe estar todo el mundo muy entusiasmado con su “vieja casa educativa” porque no surgen opiniones con la suficiente valentía como para atreverse a proponer que llegó el momento de agradecerle los servicios prestados y tirarla abajo.
A nadie le gusta que le engañen pero hay algo mucho peor que es engañarse a uno mismo. Eso estamos haciendo con la educación desde hace ya demasiado tiempo y la trampa que nos hacemos es muy burda: Aunque no queramos reconocerlo, el modelo de educación que tenemos NO FUNCIONA, no resiste más PARCHES y hay que ENTERRARLO porque, al igual que la casa vieja, su tiempo ya pasó. Está claro que hablar de fomentar la innovación, de generar un país de emprendedores, de impulsar el pensamiento crítico es fácil pero actuar en consecuencia es bien diferente. Mi propuesta es muy simple: ¿Por qué no dejamos de perder tiempo, recursos y energías en arreglar un modelo que hace aguas de forma irreversible y nos dedicamos a pensar, sin límites ni restricciones, un modelo innovador? El país que logre esta hazaña será sin duda pionero a nivel mundial y obtendrá una ventaja competitiva decisiva sobre el resto.
Si ciudadanos de todos los países evalúan muy negativamente sus respectivos sistemas educativos y al mismo tiempo colocan la educación como uno de sus temas prioritarios, ¿Qué podemos hacer? He aquí 2 premisas y 3 paradigmas a considerar:
Primera premisa: Repensar la educación
Para este ejercicio, las 2 primeras preguntas son: ¿Por qué existe la educación? y ¿Necesitamos educación? No crean que todo el mundo está de acuerdo, basta recordar la conocidísima proclama de Pink Floyd We don´t need no education. Si como resulta probable, concordamos que es imprescindible un proceso que ayude a preparar a los niños y jóvenes para la vida, entonces también sería razonable preguntarse: ¿Tiene que ser tal y como lo conocemos (y como siempre ha sido) o podemos imaginar otras alternativas? Hasta la fecha, no ha habido manera de probar nuevas fórmulas.
Segunda premisa: Concordar por qué la educación que tenemos es mala
Si nadie discute que necesitamos un proceso educativo y existe consenso respecto de que la educación es mala, entonces es fundamental compartir un acuerdo sobre qué falla por que hoy coexisten multitud de diagnósticos. He podido comprobar que hay coincidencia en reconocer que la educación no funciona porque no cumple la promesa de prepararte para la vida y en concreto, para el mundo del trabajo. Es un hecho que la educación existe para entregar a los jóvenes las herramientas para que sean autónomos y puedan valerse por sí mismos. Acceder a un trabajo que les permita subsistir y desarrollarse es su primera prioridad. Como ejemplo, este ranking de universidades es elaborado a partir de lo que dicen los empleadores. Ahora bien, si la educación no cumple dicha promesa no es porque los jóvenes no sepan lo que les han enseñado (supuestamente han dedicado 17 años a estudiar y han aprobado rigurosísimos exámenes) sino porque no les han enseñado lo que de verdad hace falta para vivir y trabajar y por tanto, no saben lo que es importante saber.
Si esto es así, ¿Qué hay que hacer para remediarlo? Se atribuye a Henry Ford la frase Si hubiese preguntado a la gente que querían, me hubiesen dicho que un caballo mas rápido. Hace mucho que aprendí que añadir tecnología o invertir recursos en un proceso que no funciona, sin haberlo repensado, no sólo no lo mejora sino que lo empeora. ¿Estamos dispuestos a romper los principales paradigmas (curriculums anticuados e inamovibles, cursos y asignaturas como elemento central, preminencia de los profesores, aulas como epicentro de toda actividad, exámenes como método de evaluación, notas como sistema de calificación, etc.) para diseñar una nueva educación?
Primer paradigma: Lo que hay que saber ya está decidido VERSUS decidir qué es importante saber.
Todos sabemos que al terminar la universidad, apenas éramos capaces de llevar a cabo alguna de las tareas que se requieren en cualquier trabajo en una organización pública o privada. En cierto modo era normal, no en vano habíamos dedicado 5 años a escuchar profesores y estudiar y no a practicar esas tareas que nos esperaban. Al mismo tiempo, para los empleadores que hoy contratamos a un joven recién licenciado, su expediente académico es cada vez menos relevante mientras asumimos que deberemos invertir mucho tiempo y dinero en enseñarle lo necesario para que pueda rendir según lo esperado. Por lo tanto, la primera gran decisión consiste en guardar momentáneamente los curriculums actuales en un cajón y discutir, desde cero, cuales son los desafíos que van a enfrentar nuestros hijos (medio ambiente, desempleo, energía, salud, calidad de vida, distribución de la riqueza…) y que necesitarán saber para superarlos. Si por ejemplo, llegamos a la conclusión de que es importante contar con ciudadanos colaborativos (que piensen en términos de “nosotros” en lugar de “yo”), tenemos que dejar de fomentar la competencia feroz y el individualismo exacerbado promovido ya desde los procesos de selección de numerosos colegios pasando por los rankings de notas, etc. Si de verdad queremos ser innovadores, entonces hay que abandonar los contenidos, la memorización y el estudio tradicional y hay que fomentar las actividades, los proyectos, los errores… La pregunta es ¿Qué ciudadanos queremos? ¿Estamos dispuestos a rehacer esos curriculums centenarios y que tienen a tantos profesores y empresas interesados en mantenerlos ? No es la primera vez que nos referimos a este tema
Segundo paradigma: Se aprende estudiando y aprobando exámenes VERSUS decidir cual es la mejor manera de aprender eso que hemos acordado que es importante saber.
Las ciencias cognitivas han avanzado enormemente en los últimos años para demostrar que resulta insostenible el hecho de que no se modifiquen las metodologías de aprendizaje que llevan siglos instaladas. Con ratios de 1 profesor para 30, 50 ó 100 alumnos, aparentemente la única alternativa que tiene un profesor es “dar clase”. La mayoría de los seres humanos creen que para aprender hay que hacer un curso, asistir a un aula, escuchar a un profesor, estudiar un libro y aprobar un examen. Así fue como aprendieron toda su vida y por tanto ¿Cómo ponerlo en duda? Sin embargo, el proceso natural de aprendizaje que todos hemos experimentado desde que éramos bebés nos dice todo lo contrario: Aprendemos haciendo, practicando, persiguiendo objetivos que nos importan, equivocándonos y corrigiendo nuestro comportamiento hasta que logramos hacerlo bien. Todo lo que hacemos lo aprendimos así aunque no seamos conscientes de ello. Y ni siquiera hay que ser experto en aprendizaje para darse cuenta. La oscarizada película El discurso del Rey es un magnifico ejemplo sobre cómo diseñar un proceso de aprendizaje: tenemos por un lado un “aprendedor” (candidato a rey del imperio británico) con un elevadísimo nivel de motivación por aprender a hablar en publico sin tartamudear y tenemos por otro lado a un experto en oratoria (no en educación). ¿Qué hace el experto para ayudar al aprendiz? No le da ninguna lección magistral, no le obliga a estudiar ningún texto ni le hace tests de respuesta múltiple para evaluarle y ponerle nota. Al contrario, hace algo muy lógico. Diseña una serie de actividades, de más simples a más complejas, para que el futuro rey practique y le va corrigiendo a medida que este va cometiendo errores. Así de sencillo, pone el foco en las actividades y no en los contenidos. El rey trabaja duro y sufre para progresar ya que como afirman los monjes shaohlin, sin sufrimiento no hay aprendizaje. El experto sabe perfectamente que los exámenes teóricos no tienen sentido porque nunca más en tu vida como adulto volverás a examinarte, si exceptuamos al sacar el carnet de conducir. También sabe de sobra que no necesita diseñar un curso, dividirlo en asignaturas…
De nuevo tenemos ante nosotros otro gran desafío. Si preparamos a los jóvenes para el trabajo, entonces necesitamos que aprendan a hacer y no sólo que sepan, y para ello es imprescindible practicar. A este tema también nos hemos referido muchas veces, porque aunque sabemos aprender, parece que seguimos sin saber cómo aprendemos
Tercer paradigma: Los profesores son responsables del estado de la educación VERSUS decidir el rol que deben jugar los principales actores del modelo: Profesores, Padres y Alumnos
Todo el mundo cree que cualquier profesor, por el hecho de serlo, sabe como se aprende y por tanto sabe enseñar. Falso. Y todo el mundo insiste en que tener mejores profesores es sinónimo de mejor educación. ¿Son realmente tan importantes los profesores?. Un experto reconocido como Sugata Mitra probó, mediante su mundialmente famoso experimento Hole in the Wall,como un grupo de niños es capaz de aprender a utilizar un computador sin que existiera planificación alguna, sin saber el idioma y desde luego sin profesor. De ahí su afirmación “si un profesor puede ser sustituido por un computador, entonces que lo sea”. Es lo mismo que en cierto modo preconiza la aclamada KahnAcademy, una idea tan encomiable como inútil . Antes de obsesionarnos con tener mejores profesores, es necesario tener claro qué entendemos por un buen profesor. A estas alturas, ya todos debiésemos saber que la característica esencial de un buen profesor no es el dominio de su asignatura sino que sea un experto en aprendizaje (especialmente en el difícil arte de la motivación), algo que ocurre en escasas ocasiones, sobre todo en la universidad. Existen profesores que creen firmemente en este principio pero que rápidamente suelen ser liquidados por el sistema. La realidad es que los profesores conocen sus materias pero no saben cómo hacer que sus alumnos las aprendan. Aquí tenemos otro desafío gigantesco: garantizar que todos los profesores sepan enseñar.
Posiblemente la figura que mayor impacto tiene en el desarrollo de un ser humano son sus padres. Desde que un niño nace, no hay función más importante para sus progenitores que acompañarle y guiarle en un apasionante, dilatado y complejo proceso de aprendizaje. Y para este viaje ¿qué habilidades tienen los padres como educadores? Aparte de su instinto, su cariño y su compromiso a toda prueba, lo cierto es que ninguna. ¿Será suficiente con eso? Todos los padres se lamentan de lo débiles que son sus estrategias a la hora de educar a sus hijos. Nuevamente, aquí tenemos otro enorme desafío por delante: Garantizar que todos los padres se conviertan en verdaderos expertos en aprendizaje. El futuro de nuestros hijos depende en gran medida de ello.
Respecto de los alumnos, tan sólo una reflexión: Algo estamos haciendo mal cuando los niños no quieren ir al colegio y, a los jóvenes, lo que de verdad les interesa de la universidad es el título y no aprender. Como cualquier profesor sabe, el aprendizaje depende de tener un “aprendedor motivado”, alguien que quiera aprender, de otra forma todo se vuelve infinitamente más complicado. Si el refrán dice, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, podemos refrasearlo así “no hay peor alumno que el que no quiere aprender”. Mientras no nos preocupemos seriamente de cómo lograr que los alumnos quieran aprender, simplemente seguiremos perdiendo la batalla.
Dejo para una columna posterior el análisis de un paradigma específico: La tecnología no es la solución para el futuro de la educación pero sin tecnología no hay solución.
No puedes resolver un problema en el mismo estado mental en que se creo (Albert Einstein).
¿Hasta cuando seguiremos engañándonos a nosotros mismos? En Chile por ejemplo, se discute seriamente cambiar el incoherente régimen electoral diseñado tras la dictadura e incluso el sistema tributario. Sorprendentemente, las propuestas para resolver el desastre de la educación no abordan el corazón del problema y se quedan en lo superficial. ¿Será la educación el único dinosaurio que se mantiene inamovible mientras el resto de la sociedad evoluciona y se moderniza? ¿Por qué no hay espacio al menos para probar algo distinto y darle una oportunidad a un modelo nuevo? Si hay ideas que permitirían de verdad innovar en un modelo que ha dado suficientes muestras de agotamiento ¿Por qué nada sucede? Mi opinión es que quienes tienen la responsabilidad, es decir los políticos, no saben cómo hacerlo o carecen del coraje requerido. Mien tras tanto, quienes están involucrados en el fenomenal negocio de la educación (que son muchos), carecen de voluntad, no tienen el más mínimo interés en poner en riesgo sus suculentos beneficios, más bien al contrario. Por eso todas las propuestas son siempre cosméticas e insisten en que todo siga igual, en vestir a la mona de seda. Tengamos clara una cosa: jamás las innovaciones provienen de los actores consolidados, de quienes dominan un mercado sino de la periferia, de aquellos que no tienen nada que perder con el cambio, de los outsiders, de los que no están encadenados por los paradigmas. En el 2011, fueron los estudiantes quienes amenazaron el status quo. ¿Qué nos deparará este 2012? Feliz año para todos.