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Contiene material relacionado con la medicina, la educación y la literatura
sábado, 11 de junio de 2011
jueves, 12 de mayo de 2011
LOS PADRES DEBEN INFORMARSE ANTES DE VACUNAR A SUS HIJOS
Por Lynne Born (En inglés en http://www.westonaprice.org/children/vaccinations.html )
DESINFORMACION
Debido a que las vacunas son usadas predominantemente en nuestros inocentes hijos, la mayoría de la gente asume que todas las vacunas han sido sometidas a pruebas y rigurosos estudios probando que las vacunas son seguras y efectivas. A los padres se les ha dicho muchas veces quelas campañas de vacunación en masa terminaron con múltiples epidemias en el mundo, que las vacunas son efectivas previniendo las enfermedades a las que son dirigidas, que los efectos secundarios son raros y generalmente consisten en brazos doloridos o fiebres leves que se pasan rápidamente.
Sin embargo, los padres que se toman el tiempo de indagar en la materia y retirar ese velo de desinformación se encuentran con que estas afirmaciones carecen de un respaldo científico sólido. No sólo nunca ha habido un único estudio a largo plazo comparando la salud y el bienestar de los niños vacunados y los no vacunados, sino que pueden encontrarse fácilmente múltiples ejemplos de niños vacunados adquiriendo las misma enfermedad contra la cual habían sido vacunados. Es más, hay una evidencia abrumadora de que las vacunas pueden ser extremadamente dañinas, pueden discapacitar permanentemente e incluso matar a nuestros niños. Y el sistema actual de registrar y notificar las reacciones adversas al Sistema Español de Farmacovigilancia (SEFV) es ejecutado descuidada y pobremente, y es voluntario no obligatorio, incluso cuando un niño ha sido discapacitado permanentemente o matado por una vacuna.
LAS VACUNAS IMPIDEN LA INMUNIDAD NATURAL
Cuando un niño es infectado por una enfermedad transmisible, su sistema inmunitario responde a través de una sofisticada red de reacciones entrelazadas que pueden producir inmunidad de por vida a enfermedades infantiles naturalmente adquiridas. Estas milagrosas defensas existen, en parte, para evitar que los microbios y virus invasores se apoderen de los sistemas y órganos del cuerpo.
Pero las vacunas, que contienen virus vivos y muertos, bacterias muertas, ADN modificado genéticamente y conservantes químicos, son inyectadas directamente en el flujo sanguíneo, traspasando la respuesta inmunitaria natural. Esto priva al organismo de la habilidad de desarrollar naturalmente una inmunidad de por vida en toda su complejidad multifacética a enfermedades infantiles normales como el sarampión, las paperas y la varicela. La vacunación en masa es un intento del hombre de quitar la respuesta natural del desarrollo humano y reemplazarla con una serie de infecciones y respuestas inmunitarias impuestas artificialmente y determinadas por el plan de vacunación del médico.
DEMASIADAS INYECCIONES
Hace treinta años, los niños recibían un total de cuatro vacunas, pero hoy, un niño totalmente vacunado recibe la pasmosa cantidad de 37 a 50 vacunas durante sus tempranos y formativos años de vida, cuando su sistema inmunitario es más vulnerable. Incluso el sistema inmunitario de un adulto sería desafiado por tantas vacunas en un periodo tan corto de tiempo. Mientras que los niños no vacunados nunca desarrollarán cada enfermedad contra la que los niños son vacunados, sus organismos son forzados por los planes de vacunación a responder a todas. Además, la vacuna DPT fuerza una respuesta inmunitaria a la difteria, el tétanos y la pertussis en el mismo día, un evento que nunca ocurriría en la vida real. Es más, no hay virtualmente estudios o investigación científica sobre los efectos de múltiples vacunas virales y bacterianas puestas en combinación o en próxima sucesión, y cómo afectan al cuerpo humano.
EVIDENCIA DEL DAÑO DE LAS VACUNAS
La profesión médica es extremadamente reacia a reconocer las reacciones adversas de la vacunación, incluso cuando la reacción es instantánea o ocurre dentro de unas pocas horas, e incluso con adultos que pueden verbalizar claramente sus reacciones negativas, lo que los bebés no son capaces de hacer. Y como no hay estudios que hayan seguido la pista a los efectos negativos que ocurren a largo plazo, las reacciones que aparecen días, semanas o años más tarde son casi nunca atribuidas a la vacuna.
Un hecho poco conocido es que no existe ni un solo estudio que pruebe que las vacunas son seguras a largo plazo. «Sería un estudio tan fácil de organizar. Se usan tres grupos de niños: el primero totalmente vacunados, el segundo parcialmente vacunados y el tercero sin vacunar. Luego se les sigue hasta 10 años y así seremos capaces de ver los tipos de problemas que se están manifestando con estas vacunas», dice Barbara Loe Fisher, Presidenta del Centro Nacional de Información sobre Vacunas [1] (Referencias de las notas al final del artículo). Sin embargo, la evidencia del daño de las vacunas no es realmente un secreto: cientos de estudios médicos publicados han documentado tanto fracaso de las vacunas como daños, aun así los pediatras continúan vacunando y la mayoría de los padres ignoran estos estudios [2]
Un ejemplo muy conocido de una reacción negativa de una vacuna a largo plazo ocurrió con la vacuna de la polio usada a finales de los 50 y a principios de los 60. En esta vacuna se encontró contaminación con un virus de mono, SV40, que había contaminado la vacuna durante su producción. Y aunque el virus fue descubierto en 1960, la vacuna contaminada continuó administrándose a los niños americanos durante tres años más con el total conocimiento de las autoridades sanitarias del gobierno, hasta que fue retirada en 1963. Treinta años más tarde, el SV40 ha sido aislado en cánceres de huesos, cerebro y pulmones de adultos discapacitados y fallecidos. El desastre de la vacuna SV40 prueba una conexión directa entre una vacuna y un cáncer de lento crecimiento que se desarrolló décadas después de la vacuna.[3]
Desafortunadamente, las autoridades no hicieron ningún esfuerzo en encontrar y seguir a los adultos receptores de la vacuna, estudiar y catalogar su estado de salud, o notificar su nivel de cáncer, aunque existía una clara oportunidad para estudiar los efectos a largo plazo de una vacuna de una manera muy directa y concisa.
Reacciones negativas retrasadas también han sido confirmadas por el trabajo de la doctora Viera Scheibner, que desarrolló un estudio de control monitor para bebés en un intento de prevenir el Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SMSI). Su monitor hace que suene una alarma si el bebé detiene su respiración o muestra pautas de estrés respirando durante el sueño. Diseñando el monitor, ella no tuvo ninguna intención preconcebida de seguir específicamente reacciones a la vacunación, ya que ella nunca concibió el hecho de que las vacunas fueran de algún modo problemáticas o dañinas.
En el curso del seguimiento de la respiración de los bebés durante la noche, grabó su pauta respiratoria tras la inyección de DPT. Descubrió que la vacuna les causaba a los bebés una cantidad considerable de estrés y que este estrés mostraba una uniformidad notable, con picos los días 2 o 5 inmediatamente después de la vacuna, o reacciones retardadas los días 15 a 16 o 20 a 25 en bebés que se recuperaron y aquellos que posteriormente murieron de SMSI. El monitor de Scheibner probó que la muerte debido a la vacuna algunas veces ocurre semanas después de la inyección, en correlación con las pautas de estrés que identificó. De todos modos, el periodo de tiempo más largo les proporciona a los médicos y a las autoridades sanitarias cualquier excusa para no atribuirlo a la inyección de DPT.
REACCCIONES ADVERSAS NO DENUNCIADAS O REGISTRADAS
Uno de los grandes peligros de la actual mentalidad pro-vacunas es el hecho de que muy raramente se da parte de las reacciones negativas o éstas son denunciadas, además de que el sistema que se encarga de registrarlas tiene problemas normalmente con ello. Cuando una vacuna se lanza al mercado, la vigilancia post-marketing se supone que sigue la pista a cualquier reacción negativa de los millones de personas que reciben la nueva vacuna. Sin embargo, no sólo es totalmente voluntario el sistema de informar de las reacciones adversas, el 90-99 % de todas ellas nunca son denunciadas, según David Kessler, director de la FDA durante los 90.[4] Y no hay nadie que te pueda asegurar que los informes llevados directamente a las compañías farmacéuticas sean luego enviados a la FDA, el proceso es controlado enteramente por el “sistema del honor”.
Un ejemplo muy claro de la pobre documentación adversa ocurrió durante el reciente Programa de Vacunación contra la Varicela de 2003 del Presidente Bush. Antes del programa, a la población se le dijo repetidamente que se esperaban tasas de fallecimiento por la vacuna de uno a dos por millón. De hecho, hubo tres muertes (de las que nosotros sabemos) entre los aproximadamente 36.000 civiles y unos pocos cientos de convencidos seguidores que fueron vacunados. [5] Esto hace que la tasa de fallecimiento sea 80 veces más alta que aquella que el CDC le dijo al público que se esperaría. Reacciones adversas serias como hinchazón del cerebro, inflamación del corazón, ataques al corazón, ulceración incontrolada de la piel, entre otros, aparecían en uno de 583 casos, tasa siete veces más alta que la original estimación del CDC de uno de 4.000. Y todavía las autoridades sanitarias y los medios de comunicación dominantes continúan usando los antiguos e inexactos números en vez de una estimación actualizada del riesgo como deberían.
Incluso peor, estos números fueron probablemente en su mayor parte no notificados, ya que, al igual que con las vacunaciones infantiles, dar parte de las reacciones adversas durante la vacunación contra la varicela no era obligatorio y era también limitado a una franja de enfermedad de 2 a 4 semanas después de la vacuna. ¿Cuál sería la tasa de muerte y daño de la vacuna durante los siguientes pocos meses o años? Todos estos importantes riesgos deberían haber sido estudiados y seguidos para una evaluación honesta del verdadero riesgo de la vacuna, pero los investigadores perdieron esta oportunidad tan valiosa debido al típico sistema incompleto y vergonzoso de registrar las reacciones que refleja la pobre ciencia que hay detrás del desarrollo de las vacunas.
La vacuna de la Hepatitis B al nacimiento
Echemos una mirada ahora a la vacuna de la Hepatitis B como una manera de examinar los problemas en el desarrollo y la introducción de cualquier nueva vacuna. La hepatitis B es primariamente una enfermedad adulta transmitida a través de la sangre y los fluidos corporales. Las poblaciones de alto riesgo son: drogadictos, heterosexuales y homosexuales con muchas parejas sexuales, trabajadores de la salud expuestos a sangre, y bebés nacidos de madres infectadas. En 1996, 270 niños de menos de 14 años fueron infectados con la hepatitis B, con sólo 54 casos en el grupo de edad de 0-1 año.
A pesar del bajo riesgo de los niños en general, y a pesar de la facilidad de identificar a los niños en riesgo sólo haciendo pruebas específicas a las madres antes del nacimiento, el CDC añadió la vacuna contra la hepatitis B al plan recomendado de vacunación en 1991, con la primera de las tres dosis para ser administrada el primer día de nacimiento antes de abandonar el hospital. En 1986, Merck & Co. empezaron a vender la primera vacuna contra la hepatitis B genéticamente modificada.
Un flagrante ejemplo de la pobre ciencia detrás del desarrollo de las vacunas, la FDA aprobó la vacuna para su uso sólo después de que 1.636 dosis de Recombivax HB fueran administradas a sólo 653 niños que fueron posteriormente monitorizados durante sólo 5 días después de cada dosis. [6] Como la vacuna es recomendada para el primer día de vida, a Merck se le pidieron datos de seguridad en recién nacidos. Ellosrespondieron, “No tenemos ninguno. Nuestros estudios se hicieron en niños de 5 y 10 años.“[7] Pero fueron más lejos, Merck admitió en 1996 que no había datos “disponibles de la administración simultánea de Recombivax HB con otras vacunas” incluso aunque a los niños se les administran rutinariamente otras vacunas junto con la vacuna Recombivax HB.
Desde la introducción de esta vacuna, ha habido cientos de informes en la literatura médica (la mayoría publicados en revistas médicas internacionales fuera de Estados Unidos) citando enfermedades del sistema nervioso central, esclerosis múltiple, síndrome de Guillain-Barre, artritis, graves erupciones cutáneas, fiebre, fatiga crónica y Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SMSI) como un resultado directo de la vacuna. Los padres han rellenado decenas de miles de informes de reacciones adversas, incluyendo visitas a urgencias, hospitalización y muertes. Un estudio en Nueva Zelanda informaba sobre un aumento del 60 % en la diabetes juvenil tras una masiva campaña para vacunar a bebés de 1988 a 1991 con la vacuna de la Hepatitis B.[8] Incluso la misma compañía Merck admite la existencia de quejas sistémicas de fiebre, dolor en las articulaciones, fatiga y debilidad en hasta el 17 % de todas las inyecciones de hepatitis B. Y quizás lo más contundente de todo esto, más del 50 % de los médicos encuestados en el Reino Unido rechazaron ponerse la vacuna hepatitis B ellos mismos, citando los conocidos peligros de la vacuna, y eso siendo ellos profesionales médicos que trabajan en hospitales y que pertenecen por tanto a un grupo de alto riesgo expuesto a sangre y a agujas a diario en su trabajo.
Pero lo más inquietante es la pregunta fundamental de por qué esta vacuna fue recomendada para bebés en primer lugar. En 1996, había 1.080 informes de reacciones adversas entre bebés de 0 a 1 año por la vacuna, incluyendo 47 muertes. Si sólo el 10 % de las verdaderas muertes y daños están siendo denunciados -una estimación muy optimista- esto significa que realmente hubo 10.800 reacciones adversas y 470 muertes por la vacuna. Sin embargo, en ese mismo año, sólo hubo 54 casos infectados con la enfermedad en el grupo de 0 a 1 año. Esta aterradora ecuación revela que por cada niño que adquiere la hepatitis B, la vacuna mata a 9 bebés y daña a 200.
¿Por qué someter a decenas de millones de bebés a los conocidos peligros de esta vacuna cuando los pocos bebés que realmente están en riesgo de padecer la enfermedad pueden ser identificados simplemente haciendo un screening a la madre?[9] Y finalmente, incluso si los padres optan por incluir esta vacuna en el plan de vacunación de su hijo, ¿por qué se administra ésta en el día del nacimiento? Los padres necesitan tiempo para conocer a su hijo primero, para que así puedan comparar el estado de salud del bebé antes y después de la vacunación, de forma que cualquier daño pueda ser notado, seguido y tratado. Además de los problemas con las vacunas de ingeniería genética, muchas vacunas, en especial la MMR, la de la varicela y las de la polio de Sabin, inyectan virus vivos dentro del cuerpo. Varios estabilizadores y conservantes se añaden incluyendo formaldehído, plomo, aluminio y MSG (monoglutamato sódico). Cantidades desconocidas de ARN (ácido ribonucleico) y ADN de cultivo de tejido animal y humano han sido encontradas también. Y aunque grupos de padres preocupados han luchado por la eliminación del conservante hecho con mercurio, el thimerosal, de las vacunas, la industria farmacéutica todavía usa mercurio en las vacunas de la gripe, una nueva adición al plan de vacunación recomendado para niños que empieza a los 6 meses. Adicionalmente, la industria médica continúa usando montones de vacunas conteniendo thimerosal hasta que las existencias se agoten, en vez de sacarlas del mercado inmediatamente, como deberían.
El mercurio en las vacunas y el autismo
La conexión mercurio-autismo ha salido a la luz pública con la publicación de “Inmunidad Mortal” (Deadly Immunity), de Robert F. Kennedy, Jr. en el número de julio de la revista Rolling Stone, simultáneamente con la publicación en la revista Salon. Kennedy describe una reunión en el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) que tuvo lugar en junio del 2000 en la
cual el epidemiólogo Tom Verstraeten presentó evidencia ante la industria y los oficiales del gobierno que el thimerosal, el conservante basado en mercurio presente en las vacunas, era responsable de la epidemia de autismo en los niños americanos. En lugar de tomar medidas inmediatas para alertar al público y deshacerse del suministro de thimerosal de las vacunas, los presentes pasaron el resto del encuentro discutiendo las formas de esconder los preocupantes datos.
Posteriormente, poderosos amigos en el Congreso han tratado de proteger a los fabricantes de vacunas con legislación que les escudará de más de 4.000 demandas pendientes. El Senador Bill Frist, que ha recibido 837.000 dólares en contribuciones de la industria farmacéutica, deslizó silenciosamente una cláusula adicional en el proyecto de ley de seguridad interior, llamada “Eli Lilly Protection Act”. Esta medida fue revocada por el Congreso en 2003 pero a principios de este año, Frist coló otra disposición en un proyecto de ley anti-terrorista que negaría las compensaciones económicas a los niños que sufren de trastornos cerebrales relacionados con las vacunas. “Las demandas son de tal magnitud que podrían echar a la calle a los fabricantes de las vacunas y limitar nuestra capacidad de enfrentarnos a un ataque biológico de los terroristas“, declaró Andy Olsen, un asistente legislativo de Frist.
Más de 500.000 niños sufren de autismo, con 40.000 nuevos casos diagnosticados cada año. La enfermedad era desconocida hasta 1943, cuando fue identificada y diagnosticada entre once niños nacidos después de que el thimerosal fuera añadido por primera vez a las vacunas de los bebés en 1931.
El CDC responde a la ira de los padres y a la publicidad negativa citando estudios que reivindican el thimerosal, estudios que los oponentes afirman están falsificados y son altamente sospechosos. “No podrías construir un solo estudio que muestre que el thimerosal es inocuo“, dice el Dr. Boyd Haley, una de las autoridades mundiales en toxicidad del mercurio y jefe del departamento de química de la Universidad de Kentucky. “Es simplemente demasiado tóxico. Si inyectas thimerosal en un animal, su cerebro enfermará. Si lo aplicas a tejido vivo, las células mueren. Si lo pones en una placa de petri, el cultivo muere. Sabiendo estas cosas, sería increíble que uno lo pudiera inyectar en un bebé sin causar daños”.
Documentos internos revelan que Eli Lilly, que fue la primera compañía farmacéutica que desarrolló el thimerosal, sabía desde el principio que su producto podía causar daños. Pero los atractivos beneficios valían más que la preocupación de la compañía por los ciudadanos. El thimerosal le permite a la industria farmacéutica envasar las vacunas en viales que contienen múltiples dosis. Los viales más grandes cuestan la mitad de producir que los más pequeños, de una sola dosis, y por tanto hacen que los programas de vacunación en masa sean más rentables.
La introducción del thimerosal en las vacunas coincidió con un aumento del número de vacunas que recibían los niños. Los bebés que reciben todas sus vacunas, más los refuerzos, para la edad de 6 meses están expuestos a niveles de etilmercurio, inyectados directamente en la corriente sanguínea, 187 veces mayores que el límite de la EPA (Agencia para la Protección del Medio Ambiente de EE.UU) de exposición diaria al metilmercurio, una neurotoxina similar a la anterior. Kennedy describe un escándalo creciente que tiene el potencial de acabar con la industria farmacéutica. Para leer este artículo, ir a: www.rollingstone.com/politics/story/_/id/7395411.
Familias «compensadas» por la pérdida de su hijo
Debido al aumento dramático del número de daños causados por las vacunas infantiles durante las pasadas décadas, el Congreso promulgó el National Childhood Vaccine Injury Act en 1986, poniendo en marcha un fondo para compensar a los padres por el daño o la muerte causada a sus hijos (como si unos padres pudieran ser alguna vez «compensados» por la pérdida de su hijo debido a la vacunación…). Los padres tienen que hacer una solicitud a este fondo como primer paso cuando su hijo haya sido dañado; así, el fondo sirve para proteger a la compañía farmacéutica de toda responsabilidad inicial. Hasta la fecha, el fondo ha pagado más de 1,2 billones de dólares a padres con más de 12.000 informes hechos cada año. Esto es un número asombroso considerando cuántas reacciones ocurren que las autoridades médicas no quieren atribuir a la vacuna. Y si David Kessler está en lo correcto y el 90-99 % de todos los daños nunca son reportados, el verdadero número de niños dañados o matados por las vacunas sería de 1,2 millones o más por año.
Las excelentes organizaciones [10] que trabajan informando a los doctores y a los padres de los riesgos de las vacunas describen las angustiosas llamadas de teléfono que ellos reciben, que relatan la devastación, culpa, confusión y sufrimiento que siguen [11]. Los padres describen a bebés que unas horas o unos días después de su vacunación, tienen fiebre, se vuelven inquietos o apáticos, caen en sueños profundos intercalados por gritos desgarradores, arquean sus espaldas de forma extraña mientras lloran, caen en comas o ataques repetitivos, se sacuden o están con la mirada perdida en blanco. O los padres describen un empeoramiento general en la salud con constantes infecciones de oído, repentinas sensibilidades a alimentos o alergias, problemas de sueño, asma, erupciones cutáneas, y ausencia de avances en el desarrollo reemplazados por torpeza de movimientos.
Muchos padres y médicos creen que el espectacular aumento de enfermedades crónicas infantiles es una reacción a las docenas de vacunas que son ahora parte del plan de vacunación estándar. Hace cincuenta años, el autismo afectaba a menos de 1 de cada 10.000 familias, pero ahora 1 de cada 68 familias tienen un niño autista. La tasa de niños escolares con autismo ha aumentado un 1.700 % nacionalmente de 1992 a 2002, creando un gran agotamiento de recursos en las familias, las escuelas y los servicios sociales que nunca podrá ser remediado si la verdadera causa es la vacunación como muchos sospechan, y la solución nunca es vislumbrada. El asma, la diabetes, el déficit de atención infantil y la obesidad también han aumentado de forma alarmante entre los niños. Habiendo demostrado el desastre de la polio SV40 lo que puede pasar, «podríamos estar intercambiando paperas y sarampión durante la infancia, por cáncer y leucemia en adultos», dice Barbara Loe Fisher.
¿Funcionan realmente las vacunas?
Incluso si los padres experimentan por sí mismos los riesgos de las vacunas, sus médicos les aseguran que el riesgo vale la pena por el casi seguro beneficio de estar libre de una enfermedad infecciosa que el niño puede coger. Sin embargo, en múltiples casos, las vacunas simplemente no han funcionado contra la enfermedad que son destinadas a prevenir. Una encuesta de 1978 en 30 estados mostró que más de la mitad de todos los niños que contrajeron sarampión habían sido completamente vacunados. Suecia abandonó su vacunación de la tos ferina después de examinar 5.140 casos de esta enfermedad en 1978 y encontrar que el 84 % habían sido vacunados tres veces. Un artículo de 1990 de la revista de la American Medicine Association afirmaba que «Aunque más del 95 % de los niños en edad escolar en los Estados Unidos son vacunados de sarampión, grandes estallidos de la enfermedad continúan ocurriendo en las escuelas y en la mayoría de los casos. . . ocurren entre niños previamente vacunados». La literatura médica está repleta de ejemplos del fracaso de la vacunación en su tarea de proteger contra enfermedades comunes infantiles. Pero en vez de aceptar la premisa de que el sistema completo de vacunación es fundamentalmente un engaño, la industria médica llama a cada vez más vacunaciones y revacunaciones, sin ningún estudio sólido y a largo plazo para ver si la inmunidad es realmente alcanzada y, si es así, por cuánto tiempo.
La vacunación no fue lo que puso fin a las epidemias
A todos se nos ha enseñado que la vacunación terminó con las mayores y más mortales epidemias mundiales. Sin embargo, una honesta y cuidadosa revisión de las fuentes históricas médicas originales, de las publicaciones y de las estadísticas de los pasados doscientos años, nos muestra que las enfermedades infecciosas descendieron un 90 % antes de que la vacunación en masa fuera introducida.
Los expertos atribuyen el cese de las epidemias no a la vacunación masiva, sino a un gran movimiento de reforma sanitaria que barrió Europa a partir del año 1800. Estas reformas incluyeron la retirada de la basura y los deshechos humanos de las calles a través de sistemas de fontanería; la limpieza regular de los establos y las calles de excrementos de caballo y desperdicios humanos; la mejora de las carreteras de forma que las carnes, los vegetales y la leche cruda pudieran ser distribuidos a las ciudades cuando se encontraban frescos; y la modernización de los sistemas de distribución de agua para prevenir la contaminación bacteriana [12].
Todas las antiguas epidemias del terror, la peste negra y el cólera, respondieron a estas reformas, y las epidemias descendieron durante los años 1800, mucho antes de la llegada de la vacunación. Incluso el CDC
informó en 1999 que las enfermedades infecciosas descendieron en el siglo pasado debido a mejoras en la sanidad, el agua y la higiene. La vacunación contra la tos ferina, la difteria, el sarampión y la polio tuvieron lugar todas justo al final del ciclo de vida de cada epidemia, exponiendo así la falacia de la afirmación de que la vacunación acabó con las epidemias.[13]
La única excepción a este descenso es la varicela, que, contrariamente a todo lo que se nos ha enseñado, aumentó con la venida de una vacunación obligatoria y descendió sólo después de un levantamiento organizado de padres y médicos forzando a los gobiernos europeos a suprimir sus programas obligatorios de vacunación contra esta enfermedad.[14]
Aunque la Organización Mundial de la Salud se atribuye el mérito de la erradicación de la varicela mundialmente gracias a la vacunación, el hecho es que la varicela descendió en todos los países estuviera o no la población vacunada. Como dijo el doctor Glen Dittman en 1986, «Es patético y ridículo decir que hemos vencido a la varicela con las vacunas, cuando sólo el 10 % de la población fue vacunada ».
Gráfico: La polio, la varicela y la difteria estaban en declive antes de la introducción de las vacunas. La vacunación obligatoria en Inglaterra y Gales resultó en un enorme aumento de la enfermedad. La fiebre tifoidea se extinguió sin ningún programa de vacunación.
Los grandes negocios presionan para más vacunaciones
Los niños de los Estados Unidos representan la población más vacunada en todo el mundo. Las multinacionales farmacéuticas proporcionan millones de dólares para la creación de organizaciones tapadera como “All Kids Count” (”Todos los niños cuentan“) y “Immunization Action Coalition” (”Coalición de Acción para la Inmunización“), grupos con nombres neutrales y amigables que disfrazan los fondos farmacéuticos detrás de su mandato de promover la vacunación.
Las vacunas producen billones de dólares al año para las compañías farmacéuticas, en parte porque el gobierno financia campañas de vacunación masiva comprando las vacunas con el dinero de nuestros impuestos y a parte dando más millones de dólares a los departamentos de salud con el objetivo de alcanzar la vacunación al 100%. Si no obtienen resultado, el dinero puede ser retirado del Estado. El resultado de toda esta cantidad de dinero disponible para autoridades
de salud estatales es una enorme presión que se aplica a los colegios, que a su vez presionan a los padres requiriendo pruebas de vacunación para la entrada a colegios en cualquier nivel de desarrollo del niño.
Resistencia
A pesar de todo esto, la resistencia a los programas de vacunación está creciendo y millones de padres están cuestionando tanto la ciencia que subyace a ésta como los preocupantes efectos secundarios que produce. Un estudio de 2003 concluyó que el 93% de los pediatras y el 60% de los médicos de familia informaron de al menos una familia que había rechazado una vacuna para su hijo. Cuando un padre o una madre eligen limitar o salirse del programa de vacunación, una gran variedad de respuestas oficiales se han dado que van desde no presentarse dificultades, hasta el extremo opuesto, amenazas oficiales de cargos de abandono médico del niño. En EEUU, es un hecho desafortunado que los hijos cuyos padres han rehusado vacunarles han sido echados de la oficina del médico e incluso se les ha denegado la entrada a un colegio. En casos extremos, oficiales han acusado a los padres de abandono médico del niño y los han obligado a ir a juicio para conservar el derecho de criar a su hijo (”¿Dónde está la libertad en ese país libre que llaman EE.UU.?“).[15]
Pero también es verdad que muchos padres no reciben resistencia de las autoridades y su derecho de rechazo de las vacunaciones no es desafiado, siempre y cuando sigan las leyes del respectivo estado para la exención.
Cómo rechazar la vacunación
Como este corto artículo no puede examinar cada vacuna, si tiene algunas preguntas sobre una vacuna específica, por favor lea las referencias y la lista de lecturas recomendadas al final de este artículo. Aunque el sistema de salud recomiende o presione hacia la vacunación, las vacunas no so “requeridas legalmente”. Nadie tiene la autoridad legal de vacunar a su hijo en contra de sus deseos.
Si el nacimiento tiene lugar en un hospital, puede establecer los impresos de tratamiento médico o su plan de nacimiento, y claramente hacer constar que no quiere ninguna vacuna para su hijo mientras esté en el hospital. Debería también comunicar su petición al personal de todos los turnos, si usted misma no puede, su esposo o abogado pueden encargarse de comunicar sus deseos de forma clara y directa.
Una vez su hijo ha nacido, la presión para vacunarle viene generalmente sólo del sistema de salud. Médicamente, usted es totalmente libre de tomar cualquier decisión en cualquier momento que usted sienta que es mejor en cuanto al plan de vacunación de su hijo. Sin embargo, si usted elige no vacunarle, muchos médicos pueden mentirle diciendo que las vacunas son obligatorias o asustarle con estadísticas exageradas sobre los peligros de la no vacunación, e incluso decirle que puede que no acepten a tu hijo en la guardería o el colegio. Pero todo esto que pueden decirle no es la verdad, son sólo los únicos argumentos falsos que les quedan para perpetuar la vacunación y convencerle, ya que actualmente en nuestra sociedad la vacunación no tiene realmente ninguna ventaja pero sí muchos inconvenientes, ya que es la causa de enfermedades crónicas graves infantiles como el autismo, la hiperactividad y trastornos del sistema inmunitario (asma, alergias), entre otras. Desafortunadamente la nata y la fresa de la práctica pediátrica son las numerosas visitas de “niño sano” que incluyen la vacunación durante el desarrollo de tu hijo.[16]
Los colegios y guarderías privados tienen sus propias normas y pueden o no rechazar a niños que no han sido vacunados. Los colegios públicos, sin embargo, no suelen rechazar a niños no vacunados o parcialmente vacunados pero en caso de que sí se encuentre con este rechazo, la solución es preparar una exención legal, que es simplemente un documento de objeción de conciencia. Hay tres tipos de exenciones: filosóficas, médicas y religiosas.
Una vez ha comprobado las leyes de su estado respectivo, puede elegir el tipo de exención que se adapta mejor a su situación. Es muy importante presentar los documentos adecuados al colegio para que tu negativa a la vacunación no sea interpretada como abandono parental. Una exención filosófica generalmente requiere una breve carta simplemente informando de que usted objeta a la vacunación. La exención religiosa también requiere una carta, pero algunos estados estipulan que usted debe ser un miembro practicante de una religión que específicamente se opone a la vacunación. La exención médica es a menudo la más difícil de obtener porque los médicos están sujetos a revisión y censura por las autoridades médicas estatales cuando conceden exenciones. En algunos casos las exenciones médicas pueden ser obtenidas de la enfermera del colegio, y son muchas veces más fáciles de obtener que las de un médico.
DESINFORMACION
Debido a que las vacunas son usadas predominantemente en nuestros inocentes hijos, la mayoría de la gente asume que todas las vacunas han sido sometidas a pruebas y rigurosos estudios probando que las vacunas son seguras y efectivas. A los padres se les ha dicho muchas veces quelas campañas de vacunación en masa terminaron con múltiples epidemias en el mundo, que las vacunas son efectivas previniendo las enfermedades a las que son dirigidas, que los efectos secundarios son raros y generalmente consisten en brazos doloridos o fiebres leves que se pasan rápidamente.
Sin embargo, los padres que se toman el tiempo de indagar en la materia y retirar ese velo de desinformación se encuentran con que estas afirmaciones carecen de un respaldo científico sólido. No sólo nunca ha habido un único estudio a largo plazo comparando la salud y el bienestar de los niños vacunados y los no vacunados, sino que pueden encontrarse fácilmente múltiples ejemplos de niños vacunados adquiriendo las misma enfermedad contra la cual habían sido vacunados. Es más, hay una evidencia abrumadora de que las vacunas pueden ser extremadamente dañinas, pueden discapacitar permanentemente e incluso matar a nuestros niños. Y el sistema actual de registrar y notificar las reacciones adversas al Sistema Español de Farmacovigilancia (SEFV) es ejecutado descuidada y pobremente, y es voluntario no obligatorio, incluso cuando un niño ha sido discapacitado permanentemente o matado por una vacuna.
LAS VACUNAS IMPIDEN LA INMUNIDAD NATURAL
Cuando un niño es infectado por una enfermedad transmisible, su sistema inmunitario responde a través de una sofisticada red de reacciones entrelazadas que pueden producir inmunidad de por vida a enfermedades infantiles naturalmente adquiridas. Estas milagrosas defensas existen, en parte, para evitar que los microbios y virus invasores se apoderen de los sistemas y órganos del cuerpo.
Pero las vacunas, que contienen virus vivos y muertos, bacterias muertas, ADN modificado genéticamente y conservantes químicos, son inyectadas directamente en el flujo sanguíneo, traspasando la respuesta inmunitaria natural. Esto priva al organismo de la habilidad de desarrollar naturalmente una inmunidad de por vida en toda su complejidad multifacética a enfermedades infantiles normales como el sarampión, las paperas y la varicela. La vacunación en masa es un intento del hombre de quitar la respuesta natural del desarrollo humano y reemplazarla con una serie de infecciones y respuestas inmunitarias impuestas artificialmente y determinadas por el plan de vacunación del médico.
DEMASIADAS INYECCIONES
Hace treinta años, los niños recibían un total de cuatro vacunas, pero hoy, un niño totalmente vacunado recibe la pasmosa cantidad de 37 a 50 vacunas durante sus tempranos y formativos años de vida, cuando su sistema inmunitario es más vulnerable. Incluso el sistema inmunitario de un adulto sería desafiado por tantas vacunas en un periodo tan corto de tiempo. Mientras que los niños no vacunados nunca desarrollarán cada enfermedad contra la que los niños son vacunados, sus organismos son forzados por los planes de vacunación a responder a todas. Además, la vacuna DPT fuerza una respuesta inmunitaria a la difteria, el tétanos y la pertussis en el mismo día, un evento que nunca ocurriría en la vida real. Es más, no hay virtualmente estudios o investigación científica sobre los efectos de múltiples vacunas virales y bacterianas puestas en combinación o en próxima sucesión, y cómo afectan al cuerpo humano.
EVIDENCIA DEL DAÑO DE LAS VACUNAS
La profesión médica es extremadamente reacia a reconocer las reacciones adversas de la vacunación, incluso cuando la reacción es instantánea o ocurre dentro de unas pocas horas, e incluso con adultos que pueden verbalizar claramente sus reacciones negativas, lo que los bebés no son capaces de hacer. Y como no hay estudios que hayan seguido la pista a los efectos negativos que ocurren a largo plazo, las reacciones que aparecen días, semanas o años más tarde son casi nunca atribuidas a la vacuna.
Un hecho poco conocido es que no existe ni un solo estudio que pruebe que las vacunas son seguras a largo plazo. «Sería un estudio tan fácil de organizar. Se usan tres grupos de niños: el primero totalmente vacunados, el segundo parcialmente vacunados y el tercero sin vacunar. Luego se les sigue hasta 10 años y así seremos capaces de ver los tipos de problemas que se están manifestando con estas vacunas», dice Barbara Loe Fisher, Presidenta del Centro Nacional de Información sobre Vacunas [1] (Referencias de las notas al final del artículo). Sin embargo, la evidencia del daño de las vacunas no es realmente un secreto: cientos de estudios médicos publicados han documentado tanto fracaso de las vacunas como daños, aun así los pediatras continúan vacunando y la mayoría de los padres ignoran estos estudios [2]
Un ejemplo muy conocido de una reacción negativa de una vacuna a largo plazo ocurrió con la vacuna de la polio usada a finales de los 50 y a principios de los 60. En esta vacuna se encontró contaminación con un virus de mono, SV40, que había contaminado la vacuna durante su producción. Y aunque el virus fue descubierto en 1960, la vacuna contaminada continuó administrándose a los niños americanos durante tres años más con el total conocimiento de las autoridades sanitarias del gobierno, hasta que fue retirada en 1963. Treinta años más tarde, el SV40 ha sido aislado en cánceres de huesos, cerebro y pulmones de adultos discapacitados y fallecidos. El desastre de la vacuna SV40 prueba una conexión directa entre una vacuna y un cáncer de lento crecimiento que se desarrolló décadas después de la vacuna.[3]
Desafortunadamente, las autoridades no hicieron ningún esfuerzo en encontrar y seguir a los adultos receptores de la vacuna, estudiar y catalogar su estado de salud, o notificar su nivel de cáncer, aunque existía una clara oportunidad para estudiar los efectos a largo plazo de una vacuna de una manera muy directa y concisa.
Reacciones negativas retrasadas también han sido confirmadas por el trabajo de la doctora Viera Scheibner, que desarrolló un estudio de control monitor para bebés en un intento de prevenir el Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SMSI). Su monitor hace que suene una alarma si el bebé detiene su respiración o muestra pautas de estrés respirando durante el sueño. Diseñando el monitor, ella no tuvo ninguna intención preconcebida de seguir específicamente reacciones a la vacunación, ya que ella nunca concibió el hecho de que las vacunas fueran de algún modo problemáticas o dañinas.
En el curso del seguimiento de la respiración de los bebés durante la noche, grabó su pauta respiratoria tras la inyección de DPT. Descubrió que la vacuna les causaba a los bebés una cantidad considerable de estrés y que este estrés mostraba una uniformidad notable, con picos los días 2 o 5 inmediatamente después de la vacuna, o reacciones retardadas los días 15 a 16 o 20 a 25 en bebés que se recuperaron y aquellos que posteriormente murieron de SMSI. El monitor de Scheibner probó que la muerte debido a la vacuna algunas veces ocurre semanas después de la inyección, en correlación con las pautas de estrés que identificó. De todos modos, el periodo de tiempo más largo les proporciona a los médicos y a las autoridades sanitarias cualquier excusa para no atribuirlo a la inyección de DPT.
REACCCIONES ADVERSAS NO DENUNCIADAS O REGISTRADAS
Uno de los grandes peligros de la actual mentalidad pro-vacunas es el hecho de que muy raramente se da parte de las reacciones negativas o éstas son denunciadas, además de que el sistema que se encarga de registrarlas tiene problemas normalmente con ello. Cuando una vacuna se lanza al mercado, la vigilancia post-marketing se supone que sigue la pista a cualquier reacción negativa de los millones de personas que reciben la nueva vacuna. Sin embargo, no sólo es totalmente voluntario el sistema de informar de las reacciones adversas, el 90-99 % de todas ellas nunca son denunciadas, según David Kessler, director de la FDA durante los 90.[4] Y no hay nadie que te pueda asegurar que los informes llevados directamente a las compañías farmacéuticas sean luego enviados a la FDA, el proceso es controlado enteramente por el “sistema del honor”.
Un ejemplo muy claro de la pobre documentación adversa ocurrió durante el reciente Programa de Vacunación contra la Varicela de 2003 del Presidente Bush. Antes del programa, a la población se le dijo repetidamente que se esperaban tasas de fallecimiento por la vacuna de uno a dos por millón. De hecho, hubo tres muertes (de las que nosotros sabemos) entre los aproximadamente 36.000 civiles y unos pocos cientos de convencidos seguidores que fueron vacunados. [5] Esto hace que la tasa de fallecimiento sea 80 veces más alta que aquella que el CDC le dijo al público que se esperaría. Reacciones adversas serias como hinchazón del cerebro, inflamación del corazón, ataques al corazón, ulceración incontrolada de la piel, entre otros, aparecían en uno de 583 casos, tasa siete veces más alta que la original estimación del CDC de uno de 4.000. Y todavía las autoridades sanitarias y los medios de comunicación dominantes continúan usando los antiguos e inexactos números en vez de una estimación actualizada del riesgo como deberían.
Incluso peor, estos números fueron probablemente en su mayor parte no notificados, ya que, al igual que con las vacunaciones infantiles, dar parte de las reacciones adversas durante la vacunación contra la varicela no era obligatorio y era también limitado a una franja de enfermedad de 2 a 4 semanas después de la vacuna. ¿Cuál sería la tasa de muerte y daño de la vacuna durante los siguientes pocos meses o años? Todos estos importantes riesgos deberían haber sido estudiados y seguidos para una evaluación honesta del verdadero riesgo de la vacuna, pero los investigadores perdieron esta oportunidad tan valiosa debido al típico sistema incompleto y vergonzoso de registrar las reacciones que refleja la pobre ciencia que hay detrás del desarrollo de las vacunas.
La vacuna de la Hepatitis B al nacimiento
Echemos una mirada ahora a la vacuna de la Hepatitis B como una manera de examinar los problemas en el desarrollo y la introducción de cualquier nueva vacuna. La hepatitis B es primariamente una enfermedad adulta transmitida a través de la sangre y los fluidos corporales. Las poblaciones de alto riesgo son: drogadictos, heterosexuales y homosexuales con muchas parejas sexuales, trabajadores de la salud expuestos a sangre, y bebés nacidos de madres infectadas. En 1996, 270 niños de menos de 14 años fueron infectados con la hepatitis B, con sólo 54 casos en el grupo de edad de 0-1 año.
A pesar del bajo riesgo de los niños en general, y a pesar de la facilidad de identificar a los niños en riesgo sólo haciendo pruebas específicas a las madres antes del nacimiento, el CDC añadió la vacuna contra la hepatitis B al plan recomendado de vacunación en 1991, con la primera de las tres dosis para ser administrada el primer día de nacimiento antes de abandonar el hospital. En 1986, Merck & Co. empezaron a vender la primera vacuna contra la hepatitis B genéticamente modificada.
Un flagrante ejemplo de la pobre ciencia detrás del desarrollo de las vacunas, la FDA aprobó la vacuna para su uso sólo después de que 1.636 dosis de Recombivax HB fueran administradas a sólo 653 niños que fueron posteriormente monitorizados durante sólo 5 días después de cada dosis. [6] Como la vacuna es recomendada para el primer día de vida, a Merck se le pidieron datos de seguridad en recién nacidos. Ellosrespondieron, “No tenemos ninguno. Nuestros estudios se hicieron en niños de 5 y 10 años.“[7] Pero fueron más lejos, Merck admitió en 1996 que no había datos “disponibles de la administración simultánea de Recombivax HB con otras vacunas” incluso aunque a los niños se les administran rutinariamente otras vacunas junto con la vacuna Recombivax HB.
Desde la introducción de esta vacuna, ha habido cientos de informes en la literatura médica (la mayoría publicados en revistas médicas internacionales fuera de Estados Unidos) citando enfermedades del sistema nervioso central, esclerosis múltiple, síndrome de Guillain-Barre, artritis, graves erupciones cutáneas, fiebre, fatiga crónica y Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SMSI) como un resultado directo de la vacuna. Los padres han rellenado decenas de miles de informes de reacciones adversas, incluyendo visitas a urgencias, hospitalización y muertes. Un estudio en Nueva Zelanda informaba sobre un aumento del 60 % en la diabetes juvenil tras una masiva campaña para vacunar a bebés de 1988 a 1991 con la vacuna de la Hepatitis B.[8] Incluso la misma compañía Merck admite la existencia de quejas sistémicas de fiebre, dolor en las articulaciones, fatiga y debilidad en hasta el 17 % de todas las inyecciones de hepatitis B. Y quizás lo más contundente de todo esto, más del 50 % de los médicos encuestados en el Reino Unido rechazaron ponerse la vacuna hepatitis B ellos mismos, citando los conocidos peligros de la vacuna, y eso siendo ellos profesionales médicos que trabajan en hospitales y que pertenecen por tanto a un grupo de alto riesgo expuesto a sangre y a agujas a diario en su trabajo.
Pero lo más inquietante es la pregunta fundamental de por qué esta vacuna fue recomendada para bebés en primer lugar. En 1996, había 1.080 informes de reacciones adversas entre bebés de 0 a 1 año por la vacuna, incluyendo 47 muertes. Si sólo el 10 % de las verdaderas muertes y daños están siendo denunciados -una estimación muy optimista- esto significa que realmente hubo 10.800 reacciones adversas y 470 muertes por la vacuna. Sin embargo, en ese mismo año, sólo hubo 54 casos infectados con la enfermedad en el grupo de 0 a 1 año. Esta aterradora ecuación revela que por cada niño que adquiere la hepatitis B, la vacuna mata a 9 bebés y daña a 200.
¿Por qué someter a decenas de millones de bebés a los conocidos peligros de esta vacuna cuando los pocos bebés que realmente están en riesgo de padecer la enfermedad pueden ser identificados simplemente haciendo un screening a la madre?[9] Y finalmente, incluso si los padres optan por incluir esta vacuna en el plan de vacunación de su hijo, ¿por qué se administra ésta en el día del nacimiento? Los padres necesitan tiempo para conocer a su hijo primero, para que así puedan comparar el estado de salud del bebé antes y después de la vacunación, de forma que cualquier daño pueda ser notado, seguido y tratado. Además de los problemas con las vacunas de ingeniería genética, muchas vacunas, en especial la MMR, la de la varicela y las de la polio de Sabin, inyectan virus vivos dentro del cuerpo. Varios estabilizadores y conservantes se añaden incluyendo formaldehído, plomo, aluminio y MSG (monoglutamato sódico). Cantidades desconocidas de ARN (ácido ribonucleico) y ADN de cultivo de tejido animal y humano han sido encontradas también. Y aunque grupos de padres preocupados han luchado por la eliminación del conservante hecho con mercurio, el thimerosal, de las vacunas, la industria farmacéutica todavía usa mercurio en las vacunas de la gripe, una nueva adición al plan de vacunación recomendado para niños que empieza a los 6 meses. Adicionalmente, la industria médica continúa usando montones de vacunas conteniendo thimerosal hasta que las existencias se agoten, en vez de sacarlas del mercado inmediatamente, como deberían.
El mercurio en las vacunas y el autismo
La conexión mercurio-autismo ha salido a la luz pública con la publicación de “Inmunidad Mortal” (Deadly Immunity), de Robert F. Kennedy, Jr. en el número de julio de la revista Rolling Stone, simultáneamente con la publicación en la revista Salon. Kennedy describe una reunión en el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) que tuvo lugar en junio del 2000 en la
cual el epidemiólogo Tom Verstraeten presentó evidencia ante la industria y los oficiales del gobierno que el thimerosal, el conservante basado en mercurio presente en las vacunas, era responsable de la epidemia de autismo en los niños americanos. En lugar de tomar medidas inmediatas para alertar al público y deshacerse del suministro de thimerosal de las vacunas, los presentes pasaron el resto del encuentro discutiendo las formas de esconder los preocupantes datos.
Posteriormente, poderosos amigos en el Congreso han tratado de proteger a los fabricantes de vacunas con legislación que les escudará de más de 4.000 demandas pendientes. El Senador Bill Frist, que ha recibido 837.000 dólares en contribuciones de la industria farmacéutica, deslizó silenciosamente una cláusula adicional en el proyecto de ley de seguridad interior, llamada “Eli Lilly Protection Act”. Esta medida fue revocada por el Congreso en 2003 pero a principios de este año, Frist coló otra disposición en un proyecto de ley anti-terrorista que negaría las compensaciones económicas a los niños que sufren de trastornos cerebrales relacionados con las vacunas. “Las demandas son de tal magnitud que podrían echar a la calle a los fabricantes de las vacunas y limitar nuestra capacidad de enfrentarnos a un ataque biológico de los terroristas“, declaró Andy Olsen, un asistente legislativo de Frist.
Más de 500.000 niños sufren de autismo, con 40.000 nuevos casos diagnosticados cada año. La enfermedad era desconocida hasta 1943, cuando fue identificada y diagnosticada entre once niños nacidos después de que el thimerosal fuera añadido por primera vez a las vacunas de los bebés en 1931.
El CDC responde a la ira de los padres y a la publicidad negativa citando estudios que reivindican el thimerosal, estudios que los oponentes afirman están falsificados y son altamente sospechosos. “No podrías construir un solo estudio que muestre que el thimerosal es inocuo“, dice el Dr. Boyd Haley, una de las autoridades mundiales en toxicidad del mercurio y jefe del departamento de química de la Universidad de Kentucky. “Es simplemente demasiado tóxico. Si inyectas thimerosal en un animal, su cerebro enfermará. Si lo aplicas a tejido vivo, las células mueren. Si lo pones en una placa de petri, el cultivo muere. Sabiendo estas cosas, sería increíble que uno lo pudiera inyectar en un bebé sin causar daños”.
Documentos internos revelan que Eli Lilly, que fue la primera compañía farmacéutica que desarrolló el thimerosal, sabía desde el principio que su producto podía causar daños. Pero los atractivos beneficios valían más que la preocupación de la compañía por los ciudadanos. El thimerosal le permite a la industria farmacéutica envasar las vacunas en viales que contienen múltiples dosis. Los viales más grandes cuestan la mitad de producir que los más pequeños, de una sola dosis, y por tanto hacen que los programas de vacunación en masa sean más rentables.
La introducción del thimerosal en las vacunas coincidió con un aumento del número de vacunas que recibían los niños. Los bebés que reciben todas sus vacunas, más los refuerzos, para la edad de 6 meses están expuestos a niveles de etilmercurio, inyectados directamente en la corriente sanguínea, 187 veces mayores que el límite de la EPA (Agencia para la Protección del Medio Ambiente de EE.UU) de exposición diaria al metilmercurio, una neurotoxina similar a la anterior. Kennedy describe un escándalo creciente que tiene el potencial de acabar con la industria farmacéutica. Para leer este artículo, ir a: www.rollingstone.com/politics/story/_/id/7395411.
Familias «compensadas» por la pérdida de su hijo
Debido al aumento dramático del número de daños causados por las vacunas infantiles durante las pasadas décadas, el Congreso promulgó el National Childhood Vaccine Injury Act en 1986, poniendo en marcha un fondo para compensar a los padres por el daño o la muerte causada a sus hijos (como si unos padres pudieran ser alguna vez «compensados» por la pérdida de su hijo debido a la vacunación…). Los padres tienen que hacer una solicitud a este fondo como primer paso cuando su hijo haya sido dañado; así, el fondo sirve para proteger a la compañía farmacéutica de toda responsabilidad inicial. Hasta la fecha, el fondo ha pagado más de 1,2 billones de dólares a padres con más de 12.000 informes hechos cada año. Esto es un número asombroso considerando cuántas reacciones ocurren que las autoridades médicas no quieren atribuir a la vacuna. Y si David Kessler está en lo correcto y el 90-99 % de todos los daños nunca son reportados, el verdadero número de niños dañados o matados por las vacunas sería de 1,2 millones o más por año.
Las excelentes organizaciones [10] que trabajan informando a los doctores y a los padres de los riesgos de las vacunas describen las angustiosas llamadas de teléfono que ellos reciben, que relatan la devastación, culpa, confusión y sufrimiento que siguen [11]. Los padres describen a bebés que unas horas o unos días después de su vacunación, tienen fiebre, se vuelven inquietos o apáticos, caen en sueños profundos intercalados por gritos desgarradores, arquean sus espaldas de forma extraña mientras lloran, caen en comas o ataques repetitivos, se sacuden o están con la mirada perdida en blanco. O los padres describen un empeoramiento general en la salud con constantes infecciones de oído, repentinas sensibilidades a alimentos o alergias, problemas de sueño, asma, erupciones cutáneas, y ausencia de avances en el desarrollo reemplazados por torpeza de movimientos.
Muchos padres y médicos creen que el espectacular aumento de enfermedades crónicas infantiles es una reacción a las docenas de vacunas que son ahora parte del plan de vacunación estándar. Hace cincuenta años, el autismo afectaba a menos de 1 de cada 10.000 familias, pero ahora 1 de cada 68 familias tienen un niño autista. La tasa de niños escolares con autismo ha aumentado un 1.700 % nacionalmente de 1992 a 2002, creando un gran agotamiento de recursos en las familias, las escuelas y los servicios sociales que nunca podrá ser remediado si la verdadera causa es la vacunación como muchos sospechan, y la solución nunca es vislumbrada. El asma, la diabetes, el déficit de atención infantil y la obesidad también han aumentado de forma alarmante entre los niños. Habiendo demostrado el desastre de la polio SV40 lo que puede pasar, «podríamos estar intercambiando paperas y sarampión durante la infancia, por cáncer y leucemia en adultos», dice Barbara Loe Fisher.
¿Funcionan realmente las vacunas?
Incluso si los padres experimentan por sí mismos los riesgos de las vacunas, sus médicos les aseguran que el riesgo vale la pena por el casi seguro beneficio de estar libre de una enfermedad infecciosa que el niño puede coger. Sin embargo, en múltiples casos, las vacunas simplemente no han funcionado contra la enfermedad que son destinadas a prevenir. Una encuesta de 1978 en 30 estados mostró que más de la mitad de todos los niños que contrajeron sarampión habían sido completamente vacunados. Suecia abandonó su vacunación de la tos ferina después de examinar 5.140 casos de esta enfermedad en 1978 y encontrar que el 84 % habían sido vacunados tres veces. Un artículo de 1990 de la revista de la American Medicine Association afirmaba que «Aunque más del 95 % de los niños en edad escolar en los Estados Unidos son vacunados de sarampión, grandes estallidos de la enfermedad continúan ocurriendo en las escuelas y en la mayoría de los casos. . . ocurren entre niños previamente vacunados». La literatura médica está repleta de ejemplos del fracaso de la vacunación en su tarea de proteger contra enfermedades comunes infantiles. Pero en vez de aceptar la premisa de que el sistema completo de vacunación es fundamentalmente un engaño, la industria médica llama a cada vez más vacunaciones y revacunaciones, sin ningún estudio sólido y a largo plazo para ver si la inmunidad es realmente alcanzada y, si es así, por cuánto tiempo.
La vacunación no fue lo que puso fin a las epidemias
A todos se nos ha enseñado que la vacunación terminó con las mayores y más mortales epidemias mundiales. Sin embargo, una honesta y cuidadosa revisión de las fuentes históricas médicas originales, de las publicaciones y de las estadísticas de los pasados doscientos años, nos muestra que las enfermedades infecciosas descendieron un 90 % antes de que la vacunación en masa fuera introducida.
Los expertos atribuyen el cese de las epidemias no a la vacunación masiva, sino a un gran movimiento de reforma sanitaria que barrió Europa a partir del año 1800. Estas reformas incluyeron la retirada de la basura y los deshechos humanos de las calles a través de sistemas de fontanería; la limpieza regular de los establos y las calles de excrementos de caballo y desperdicios humanos; la mejora de las carreteras de forma que las carnes, los vegetales y la leche cruda pudieran ser distribuidos a las ciudades cuando se encontraban frescos; y la modernización de los sistemas de distribución de agua para prevenir la contaminación bacteriana [12].
Todas las antiguas epidemias del terror, la peste negra y el cólera, respondieron a estas reformas, y las epidemias descendieron durante los años 1800, mucho antes de la llegada de la vacunación. Incluso el CDC
informó en 1999 que las enfermedades infecciosas descendieron en el siglo pasado debido a mejoras en la sanidad, el agua y la higiene. La vacunación contra la tos ferina, la difteria, el sarampión y la polio tuvieron lugar todas justo al final del ciclo de vida de cada epidemia, exponiendo así la falacia de la afirmación de que la vacunación acabó con las epidemias.[13]
La única excepción a este descenso es la varicela, que, contrariamente a todo lo que se nos ha enseñado, aumentó con la venida de una vacunación obligatoria y descendió sólo después de un levantamiento organizado de padres y médicos forzando a los gobiernos europeos a suprimir sus programas obligatorios de vacunación contra esta enfermedad.[14]
Aunque la Organización Mundial de la Salud se atribuye el mérito de la erradicación de la varicela mundialmente gracias a la vacunación, el hecho es que la varicela descendió en todos los países estuviera o no la población vacunada. Como dijo el doctor Glen Dittman en 1986, «Es patético y ridículo decir que hemos vencido a la varicela con las vacunas, cuando sólo el 10 % de la población fue vacunada ».
Gráfico: La polio, la varicela y la difteria estaban en declive antes de la introducción de las vacunas. La vacunación obligatoria en Inglaterra y Gales resultó en un enorme aumento de la enfermedad. La fiebre tifoidea se extinguió sin ningún programa de vacunación.
Los grandes negocios presionan para más vacunaciones
Los niños de los Estados Unidos representan la población más vacunada en todo el mundo. Las multinacionales farmacéuticas proporcionan millones de dólares para la creación de organizaciones tapadera como “All Kids Count” (”Todos los niños cuentan“) y “Immunization Action Coalition” (”Coalición de Acción para la Inmunización“), grupos con nombres neutrales y amigables que disfrazan los fondos farmacéuticos detrás de su mandato de promover la vacunación.
Las vacunas producen billones de dólares al año para las compañías farmacéuticas, en parte porque el gobierno financia campañas de vacunación masiva comprando las vacunas con el dinero de nuestros impuestos y a parte dando más millones de dólares a los departamentos de salud con el objetivo de alcanzar la vacunación al 100%. Si no obtienen resultado, el dinero puede ser retirado del Estado. El resultado de toda esta cantidad de dinero disponible para autoridades
de salud estatales es una enorme presión que se aplica a los colegios, que a su vez presionan a los padres requiriendo pruebas de vacunación para la entrada a colegios en cualquier nivel de desarrollo del niño.
Resistencia
A pesar de todo esto, la resistencia a los programas de vacunación está creciendo y millones de padres están cuestionando tanto la ciencia que subyace a ésta como los preocupantes efectos secundarios que produce. Un estudio de 2003 concluyó que el 93% de los pediatras y el 60% de los médicos de familia informaron de al menos una familia que había rechazado una vacuna para su hijo. Cuando un padre o una madre eligen limitar o salirse del programa de vacunación, una gran variedad de respuestas oficiales se han dado que van desde no presentarse dificultades, hasta el extremo opuesto, amenazas oficiales de cargos de abandono médico del niño. En EEUU, es un hecho desafortunado que los hijos cuyos padres han rehusado vacunarles han sido echados de la oficina del médico e incluso se les ha denegado la entrada a un colegio. En casos extremos, oficiales han acusado a los padres de abandono médico del niño y los han obligado a ir a juicio para conservar el derecho de criar a su hijo (”¿Dónde está la libertad en ese país libre que llaman EE.UU.?“).[15]
Pero también es verdad que muchos padres no reciben resistencia de las autoridades y su derecho de rechazo de las vacunaciones no es desafiado, siempre y cuando sigan las leyes del respectivo estado para la exención.
Cómo rechazar la vacunación
Como este corto artículo no puede examinar cada vacuna, si tiene algunas preguntas sobre una vacuna específica, por favor lea las referencias y la lista de lecturas recomendadas al final de este artículo. Aunque el sistema de salud recomiende o presione hacia la vacunación, las vacunas no so “requeridas legalmente”. Nadie tiene la autoridad legal de vacunar a su hijo en contra de sus deseos.
Si el nacimiento tiene lugar en un hospital, puede establecer los impresos de tratamiento médico o su plan de nacimiento, y claramente hacer constar que no quiere ninguna vacuna para su hijo mientras esté en el hospital. Debería también comunicar su petición al personal de todos los turnos, si usted misma no puede, su esposo o abogado pueden encargarse de comunicar sus deseos de forma clara y directa.
Una vez su hijo ha nacido, la presión para vacunarle viene generalmente sólo del sistema de salud. Médicamente, usted es totalmente libre de tomar cualquier decisión en cualquier momento que usted sienta que es mejor en cuanto al plan de vacunación de su hijo. Sin embargo, si usted elige no vacunarle, muchos médicos pueden mentirle diciendo que las vacunas son obligatorias o asustarle con estadísticas exageradas sobre los peligros de la no vacunación, e incluso decirle que puede que no acepten a tu hijo en la guardería o el colegio. Pero todo esto que pueden decirle no es la verdad, son sólo los únicos argumentos falsos que les quedan para perpetuar la vacunación y convencerle, ya que actualmente en nuestra sociedad la vacunación no tiene realmente ninguna ventaja pero sí muchos inconvenientes, ya que es la causa de enfermedades crónicas graves infantiles como el autismo, la hiperactividad y trastornos del sistema inmunitario (asma, alergias), entre otras. Desafortunadamente la nata y la fresa de la práctica pediátrica son las numerosas visitas de “niño sano” que incluyen la vacunación durante el desarrollo de tu hijo.[16]
Los colegios y guarderías privados tienen sus propias normas y pueden o no rechazar a niños que no han sido vacunados. Los colegios públicos, sin embargo, no suelen rechazar a niños no vacunados o parcialmente vacunados pero en caso de que sí se encuentre con este rechazo, la solución es preparar una exención legal, que es simplemente un documento de objeción de conciencia. Hay tres tipos de exenciones: filosóficas, médicas y religiosas.
Una vez ha comprobado las leyes de su estado respectivo, puede elegir el tipo de exención que se adapta mejor a su situación. Es muy importante presentar los documentos adecuados al colegio para que tu negativa a la vacunación no sea interpretada como abandono parental. Una exención filosófica generalmente requiere una breve carta simplemente informando de que usted objeta a la vacunación. La exención religiosa también requiere una carta, pero algunos estados estipulan que usted debe ser un miembro practicante de una religión que específicamente se opone a la vacunación. La exención médica es a menudo la más difícil de obtener porque los médicos están sujetos a revisión y censura por las autoridades médicas estatales cuando conceden exenciones. En algunos casos las exenciones médicas pueden ser obtenidas de la enfermera del colegio, y son muchas veces más fáciles de obtener que las de un médico.
domingo, 1 de mayo de 2011
ESPERANDO POR SUPERMAN?: LA NUEVA EDUCACION AUN ESPERA
La película Waiting for Superman (Esperando a Supermán) es un documental sobre la crisis que enfrenta el sistema educativo de Estados Unidos. Se trata de una versión sincera, clara y sin tapujos del panorama catastrófico que ofrecen las escuelas estadunidenses y refleja bastante la realidad educativa de México, Perú y de muchos países de America Latina.
El problema central: la deficiente preparación de los maestros y el poder enorme que detentan los dos sindicatos de docentes, que, por su parte, hacen una defensa de oficio, automática, acrítica, clientelar y oportunista del profesor. ¿Qué hacer cuando no existen medios legales y técnicos para evaluar periódicamente a los docentes? ¿Qué hacer cuando las plazas son concebidas como vitalicias? ¿Qué hacer cuando se sabe que la causa de la crisis es la mediocridad de los docentes y careces de poder para expulsarlos (u obligarlos a que se preparen)?
Una buena parte del público tiene una opinión amable de los docentes y de su oficio. Ser profesor se sigue concibiendo como una misión o un apostolado, pero esta concepción —aunque generalizada— no refleja una realidad en la cual muchos docentes actúan para su beneficio personal y desprecian los valores éticos que, se supone, sustentan la actividad educativa.
Una red de intereses oscuros se teje en el sistema educativo para impedir su mejoramiento. Si alguien trata, seriamente, de promover un cambio, se topa con poderosas resistencias de parte de los docentes que están acostumbrados a la rutina fácil de la educación bancaria (Freire). Existen soluciones pedagógicas y se conocen, lo que falta entonces es resolver el problema de la voluntad de los principales actores que se resisten al cambio.
Hoy por hoy, el mundo vive una explosión de ideas educativas: hay millares de investigaciones críticas que iluminan el quid de la crisis; hay infinidad de modelos pedagógicos de inspiración diversa. No son ideas las que faltan; son voluntades. Son intereses encontrados los que se disputan el destino de la educación en un conflicto que no acaba de resolverse. Es la fuerza de la inercia contra la fuerza del cambio. Una disputa que hasta ahora se ha resuelto en favor de la primera.
Mientras tanto las escuelas siguen produciendo alumnos destinados al fracaso, a la desocupación, a las drogas, a un mundo vacío y angustiante que no vale la pena vivir y que, en no pocos casos, se elude por medio del suicidio o de la locura. La claridad y lucidez de esta película nos desespera y nos aterroriza, porque no hay soluciones fáciles y las soluciones que existen son impopulares y dolorosas para muchos. Desde luego, siempre nos queda el recurso de tratar de reeducar, de informar, de tratar de cambiar las actitudes y los valores de los demás, etcétera. Existe, sin embargo, esperanza.
Pero esa esperanza descansa no en la llegada de un Supermán, sino en esperar que triunfe el ejército que hoy por hoy es el más débil, el más impopular, el de los reaccionarios, el de los que están contra la mayoría. Esos minoritarios son los que defienden el profesionalismo, el rigor, el trabajo, los valores morales, los que prefieren jugar con base en las reglas, los que sinceramente se interesan por solucionar la crisis educativa y por construirles un futuro promisorio a las nuevas generaciones.
* Director de la revista Educación 2001.
Fuente: Milenio Diario, Opinión, p. 3.
Reportero: Gilberto Guevara Niebla.
Publicada: 24 de febrero. 2011
Es una pelicula que debemos ver y discutir sus similtitudes con nuestra propia educación.
Es una pelicula que debemos ver y discutir sus similtitudes con nuestra propia educación.
jueves, 24 de marzo de 2011
jueves, 24 de febrero de 2011
LA MAFIA MEDICA: ENTREVISTA A GHISLAINE LANCTOT
"EL SISTEMA SANITARIO ES UNA VERDADERA MAFIA QUE CREA ENFERMEDADES Y MATA POR DINERO Y PODER" - ENTREVISTA A GHISLAINE LANCTOT
Por Laura Jimeno Muñoz de la revista Dyscovery Salud
Quien hace tal afirmación es Ghislaine Lanctôt, la polémica autora del best seller mundial "La mafia médica". En él, esta doctora a la que se ha desposeído de su título de Medicina denuncia el actual sistema sanitario y la corrupción que hay tras el mismo, permitida y amparada por médicos y gobiernos en beneficio de las grandes empresas farmacéuticas y en detrimento de los ciudadanos. De ahí que propugne la vuelta a la soberanía individual sobre la salud como forma de acabar con esa mafia.
Ghislaine Lanctôt ha ejercido la Medicina durante 27 años. Ahora no ejerce... aunque quisiera. ¿El motivo? Hace ocho años la retiraron la licencia de médico. ¿Por qué? Por publicar La mafia médica (Ed. Vesica Piscis). ¿Y qué contiene ese libro -se preguntará el lector- para que haya provocado tal sanción? Pues -como fácilmente se entiende a juzgar por el título- una descripción exhaustiva del "sistema de enfermedad" -y no sanitario- que actualmente existe.
MEDICINA SIGNIFICA NEGOCIO
La autora de La mafia médica acabó sus estudios de Medicina en 1967, una época en la que -como ella misma confiesa- estaba convencida de que la Medicina era extraordinaria y de que antes del final del siglo XX se tendría lo necesario para curar cualquier enfermedad. Sólo que esa primera ilusión fue apagándose hasta extinguirse.
-¿Por qué esa decepción?
-Porque empecé a ver muchas cosas que me hicieron reflexionar. Por ejemplo, que no todas las personas respondían a los maravillosos tratamientos de la medicina oficial. Además en aquella época entré en contacto con varios "terapeutas suaves" -es decir, practicantes de terapias no agresivas- que no tuvieron reparo alguno en abrirme sus consultas y dejarme ver lo que hacían. Y llegué pronto a la conclusión de que las medicinas no agresivas son más eficaces, más baratas y, encima, tienen menores efectos secundarios.
-Y supongo que empezó a preguntarse por qué en la Facultad nadie le había hablado de esas terapias alternativas no agresivas
-Así es. Luego mi mente fue más allá y empecé a cuestionarme cómo era posible que se tratara de charlatanes a personas a las que yo misma había visto curar y por qué se las perseguía como si fueran brujos o delincuentes. Por otra parte, como médico había participado en muchos congresos internacionales -en algunos como ponente- y me di cuenta de que todas las presentaciones y ponencias que aparecen en tales eventos están controladas y requieren obligatoriamente ser primero aceptadas por el "comité científico" organizador del congreso. ¿Y quién designa a ese comité científico? Pues generalmente quien financia el evento: la industria farmacéutica. ¡Si hoy son las multinacionales las que deciden hasta qué se enseña a los futuros médicos en las facultades y qué se publica y expone en los congresos de medicina! El control es absoluto.
-Y eso fue clarificador para usted...
-Y tanto. Darme cuenta del control y de la manipulación a la que están sometidos los médicos -y los futuros médicos, es decir, los estudiantes- me hizo entender claramente que la Medicina es, ante todo, un negocio. La Medicina está hoy controlada por los seguros -públicos o privados, da igual- porque en cuanto alguien tiene un seguro pierde el control sobre el tipo de medicina al que accede. Ya no puede elegir. Es más, los seguros determinan incluso el precio de cada tratamiento y las terapias que se van a practicar. Y es que si miramos detrás de las compañías de seguros o de la seguridad social... encontramos lo mismo.
-El poder económico.
-Exacto, es el dinero quien controla totalmente la Medicina. Y lo único que de verdad interesa a quienes manejan este negocio es ganar dinero. ¿Y cómo ganar más? Pues haciendo que la gente esté enferma... porque las personas sanas no generan ingresos. La estrategia consiste, en suma, en tener enfermos crónicos que tengan que consumir todo tipo de productos paliativos, es decir, para tratar sólo síntomas; medicamentos para aliviar el dolor, bajar la fiebre, disminuir la inflamación.. . pero nunca fármacos que puedan resolver una dolencia. Eso no es rentable, no interesa. La medicina actual está concebida para que la gente permanezca enferma el mayor tiempo posible y compre fármacos; si es posible, toda la vida.
UN SISTEMA DE ENFERMEDAD
-Infiero que ésa es la razón de que en su libro se refiera al sistema sanitario como "sistema de enfermedad".
-Efectivamente. El llamado sistema sanitario es en realidad un sistema de enfermedad. Se practica una medicina de la enfermedad y no de la salud. Una medicina que sólo reconoce la existencia del cuerpo físico y no tiene en cuenta ni el espíritu, ni la mente, ni las emociones. Y que además trata sólo el síntoma y no la causa del problema. Se trata de un sistema que mantiene al paciente en la ignorancia y la dependencia, y al que se estimula para que consuma fármacos de todo tipo.
-Se supone que el sistema sanitario está al servicio de las personas...
-Está al servicio de quien le saca provecho: la industria farmacéutica. De manera oficial -puramente ilusoria- el sistema está al servicio del paciente pero, oficiosamente, en la realidad, el sistema está a las órdenes de la industria que es la que mueve los hilos y mantiene el sistema de enfermedad en su propio beneficio. Se trata, en suma, de una auténtica mafia médica, de un sistema que crea enfermedades y mata por dinero y por poder.
-¿Y qué papel juega el médico en esa mafia?
-El médico es -muchas veces de forma inconsciente, es verdad- la correa de transmisión de la gran industria. Durante los 5 a 10 años que pasa en la Facultad de Medicina el sistema se encarga de inculcarle unos determinados conocimientos y de cerrarle los ojos a otras posibilidades. Posteriormente, en los hospitales y congresos médicos, se les refuerza en la idea de que la función del médico es curar y salvar vidas, de que la enfermedad y la muerte son fracasos que debe evitar a toda costa y de que la enseñanza recibida es la única válida. Además se les enseña que el médico no debe implicarse emocionalmente y que es un "dios" de la salud. De ahí que incluso exista caza de brujas entre los propios profesionales de la medicina. La medicina oficial, la "científica", no puede permitir que existan otras formas de curar que no sean serviles al sistema.
-El sistema, en efecto, pretende hacer creer que la única medicina válida es la llamada "medicina científica", la que usted aprendió y de la que ha renegado. Precisamente en el mismo número en que va a aparecer su entrevista publicamos un artículo al respecto.
-La medicina científica está enormemente limitada porque se basa en la física materialista de Newton: tal efecto obedece a tal causa. Y, por ende, tal síntoma precede a tal enfermedad y requiere tal tratamiento. Se trata de una medicina que además sólo reconoce lo que se ve, se toca o se mide y niega toda conexión entre las emociones, el pensamiento, la conciencia y el estado de salud del físico. Y cuando se la importuna con algún problema de ese tipo le cuelga la etiqueta de "enfermedad psicosomática" al paciente y le envía a casa tras recetarle pastillas para los nervios.
-Es decir, que a su juicio la medicina convencional sólo se ocupa de hacer desaparecer los síntomas.
-Salvo en lo que a cirugía se refiere, los antibióticos y algunas pocas cosas más, como los modernos medios de diagnóstico, sí. Da la impresión de curar pero no cura. Simplemente elimina la manifestación del problema en el cuerpo físico pero éste, tarde o temprano, resurge.
-A su juicio, pues, dan mejor resultado las llamadas medicinas suaves o no agresivas.
-Son una mejor opción porque tratan al paciente de forma holística y le ayudan a sanar... pero tampoco curan. Mire, cualquiera de las llamadas medicinas alternativas constituyen una buena ayuda pero son sólo eso: complementos. Porque el verdadero médico es uno mismo. Y cuando uno es consciente de su soberanía sobre la salud deja de necesitar terapeutas. El enfermo es el único que puede curarse. Nadie puede hacerlo en su lugar. La autosanación es la única medicina que cura. La cuestión es que el sistema trabaja para que olvidemos nuestra condición de seres soberanos y nos convirtamos en seres sumisos y dependientes. En nuestras manos está pues romper esa esclavitud.
-Y, en su opinión, ¿por qué las autoridades políticas, médicas, mediáticas y económicas lo permiten? ¿Por qué los gobiernos no acaban con este sistema de enfermedad, costosísimo por otra parte?
-A ese respecto tengo tres hipótesis. La primera es que quizás no saben que todo esto está pasando... pero es difícil de aceptar porque la información está a su alcance desde hace muchos años y en los últimos veinte años son ya varias las publicaciones que han denunciado la corrupción del sistema y la conspiración existente. La segunda hipótesis es que no pueden acabar con ello... pero también resulta difícil de creer porque los gobiernos tienen el suficiente poder.
-Y la tercera, supongo, es que no quieren acabar con el sistema.
-Pues lo cierto es que, eliminadas las otras dos hipótesis, ésa parece la más plausible. Y si un Gobierno se niega a acabar con un sistema que arruina y mata a sus ciudadanos es porque forma parte de él, porque forma parte de la mafia.
LA MAFIA MÉDICA
-¿Quiénes integran, a su juicio, la "mafia médica"?
-A diferentes escalas y con distintas implicaciones, por supuesto, la industria farmacéutica, las autoridades políticas, los grandes laboratorios, los hospitales, las compañías aseguradoras, las Agencias del Medicamento, los colegios de médicos, los propios médicos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) -el Ministerio de Sanidad de la ONU- y, por supuesto, el gobierno mundial en la sombra del dinero.
-Tenemos entendido que para usted la Organización Mundial de la Salud es "la mafia de las mafias".
-Así es. Esa organización está completamente controlada por el dinero. La OMS es la organización que establece, en nombre de la salud, la "política de enfermedad" en todos los países. Todo el mundo tiene que obedecer ciegamente las directrices de la OMS. No hay escapatoria. De hecho, desde 1977, con la Declaración de Alma ATA, nadie puede escapar de su control.
-¿En qué consiste esa declaración?
-Se trata de una declaración que da a la OMS los medios para establecer los criterios y normas internacionales de práctica médica. Se desposeyó así a los países de su soberanía en materia de salud para transferirla a un gobierno mundial no elegido cuyo "ministerio de salud" es la OMS. Desde entonces "derecho a la salud" significa "derecho a la medicación". Así es como se han impuesto las vacunas y los medicamentos a toda la población del globo.
-Una labor que no se cuestiona.
-Claro, porque, ¿quién va a osar dudar de las buenas intenciones de la Organización Mundial de la Salud? Sin embargo, hay que preguntarse quién controla a su vez esa organización a través de la ONU: el poder económico.
-¿Cree que ni siquiera las organizaciones humanitarias escapan a ese control?
-Por supuesto que no. Las organizaciones humanitarias también dependen de la ONU, es decir, del dinero de las subvenciones. Y, por tanto, sus actividades están igualmente controladas. Organizaciones como Médicos sin fronteras creen que sirven altruistamente a la gente pero en realidad sirven al dinero.
-Una mafia sumamente poderosa...
-Omnipotente, diría yo. Ha eliminado toda competencia. Hoy día a los investigadores se les "orienta". Los disidentes son encarcelados, maniatados y reducidos al silencio. A los terapeutas "alternativos" se les tilda de locos, se les retira la licencia o se les encarcela también. Los productos alternativos rentables han caído igualmente en manos de las multinacionales gracias a las normativas de la OMS y a las patentes de la Organización Mundial del Comercio. Las autoridades y sus medios de comunicación social se ocupan de alimentar entre la población el miedo a la enfermedad, a la vejez y a la muerte. De hecho, la obsesión por vivir más o, simplemente, por sobrevivir ha hecho prosperar incluso el tráfico internacional de órganos, sangre y embriones humanos. Y en muchas clínicas de fertilización en realidad se "fabrican" multitud de embriones que luego se almacenan para ser utilizados en cosmética, en tratamientos rejuvenecedores, etc. Eso sin contar con que se irradian los alimentos, se modifican los genes, el agua está contaminada, el aire envenenado.. .
Es más, los niños reciben absurdamente hasta 35 vacunas antes de ir a la escuela. Y así, cada miembro de la familia tiene ya su pastillita: el padre, la Viagra; la madre, el Prozac; el niño, el Ritalin.
Y todo esto, ¿para qué? Porque el resultado es conocido: los costes sanitarios suben y suben pero la gente sigue enfermando y muriendo igual.
LAS AUTORIDADES MIENTEN
-Lo que usted explica del sistema sanitario imperante es una realidad que cada vez más gente empieza a conocer pero nos han sorprendido algunas de sus afirmaciones respecto a lo que define como "las tres grandes mentiras de las autoridades políticas y sanitarias". ..
-Pues lo reitero: las autoridades mienten cuando dicen que las vacunas nos protegen, mienten cuando dicen que el sida es contagioso y mienten cuando dicen que el cáncer es un misterio.
-Bien, hablemos de ello aunque ya le adelanto que en la revista no compartimos algunos de sus puntos de vista. Si le parece, podemos empezar hablando de las vacunas. A nuestro juicio, afirmar que ninguna vacuna es útil no se sostiene. Otra cosa, que sí compartimos, es que algunas son ineficaces y otras inútiles; a veces, hasta peligrosas.
-Pues yo mantengo todas mis afirmaciones. La única inmunidad auténtica es la natural y ésa la desarrolla el 90% de la población antes de los 15 años. Es más, las vacunas artificiales cortocircuitan por completo el desarrollo de las primeras defensas del organismo.
Y que las vacunas tienen riesgos es algo muy evidente; a pesar de lo cual se oculta. Por ejemplo, una vacuna puede provocar la misma enfermedad para la que se pone. ¿Por qué no se advierte? También se oculta que la persona vacunada puede transmitir la enfermedad aunque no esté enferma. Asimismo, no se dice que la vacuna puede sensibilizar a la persona frente a la enfermedad. Aunque lo más grave es que se oculte la inutilidad constatada de ciertas vacunas.
-¿A cuáles se refiere?
-Pues a las de enfermedades como la tuberculosis y el tétanos (vacunas que no confieren ninguna inmunidad), la rubéola (de la que el 90% de las mujeres están protegidas de modo natural), la difteria (que durante las mayores epidemias sólo alcanzaba al 7% de los niños a pesar de lo cual hoy se vacuna a todos), la gripe y la hepatitis B (cuyos virus se hacen rápidamente resistentes a los anticuerpos de las vacunas).
-¿Y hasta qué punto pueden ser también peligrosas?
-Las innumerables complicaciones que causan las vacunas -desde trastornos menores hasta la muerte- están suficientemente documentadas; por ejemplo, la muerte súbita del lactante. Por eso hay ya numerosas protestas de especialistas en la materia y son miles las demandas judiciales que se han interpuesto contra los fabricantes. Por otra parte, cuando se examinan las consecuencias de los programas de vacunaciones masivas se extraen conclusiones esclarecedoras.
-Le agradecería que mencionara algunas.
-Mire, en primer lugar las vacunas son caras y le suponen a los estados un gasto de miles de millones de dólares al año. Por tanto, el único beneficio evidente y seguro de las vacunas... es el que obtiene la industria. Además, la vacunación estimula el sistema inmune pero, repetida la vacunación, el sistema se agota. Por tanto, la vacuna repetida puede hacer, por ejemplo, estallar el "sida silencioso" y garantizar un "mercado de la enfermedad" perpetuamente floreciente.
Más datos: la vacunación incita a la dependencia médica y refuerza la creencia de que nuestro sistema inmune es ineficaz. Aunque lo más horrible es que la vacunación facilita los genocidios selectivos pues permite liquidar a personas de cierta raza, de cierto grupo, de cierta región... Sirve como experimentació n para probar nuevos productos sobre un amplio muestrario de la población y es un arma biológica potentísima al servicio de la guerra biológica porque permite intervenir en el patrimonio genético hereditario de quien se quiera.
-Bueno, es evidente que hay muchas cosas de las que se puede hacer un buen o mal uso pero eso depende de la voluntad e intención de quien las utiliza. Bien, hablemos si le parece de la segunda "gran mentira" de las autoridades: usted afirma que el sida no es contagioso. Y perdone, pero así como el resto de sus afirmaciones en este ámbito nos han parecido razonadas y razonables no hemos visto que argumente esa afirmación.
-Yo afirmo que la teoría de que el único causante del Sida es el VIH o Virus de la Inmunodeficiencia Adquirida es falsa. Ésa es la gran mentira. La verdad es que tener el VIH no implica necesariamente desarrollar sida. Porque el sida no es sino una etiqueta que se "coloca" a un estado de salud al que dan lugar numerosas patologías cuando el sistema inmune está bajo. Y niego que tener Sida equivalga a muerte segura. Pero, claro, esa verdad no interesa. Las autoridades nos imponen a la fuerza la idea de que el sida es una enfermedad causada por un solo virus a pesar de que el propio Luc Montagnier, del Instituto Pasteur, co-descubridor oficial del VIH en 1983, reconoció ya en 1990 que el VIH no es suficiente por sí solo para causar el sida. Otra evidencia es el hecho de que hay numerosos casos de Sida sin virus VIH y numerosos casos de virus VIH sin Sida (seropositivos) . Por otro lado, aún no se ha conseguido demostrar que el virus VIH cause el Sida, lo cual es una regla científica elemental para establecer una relación causa-efecto entre dos factores. Lo que sí se sabe, sin embargo, es que el VIH es un retrovirus inofensivo que sólo se activa cuando el sistema inmune está debilitado.
-Por cierto, usted afirma en su libro que el VIH fue creado artificialmente en un laboratorio. ..
-Sí. Investigaciones de eminentes médicos indican que el VIH fue creado mientras se hacían ensayos de vacunación contra la hepatitis B en grupos de homosexuales. Y todo indica que el continente africano fue contaminado del mismo modo durante campañas de vacunación contra la viruela. Claro que otros investigadores van más lejos aún y afirman que el virus del Sida fue cultivado como arma biológica y después deliberadamente propagado mediante la vacunación de grupos de población que se querían exterminar.
-También observamos que ataca duramente la utilización del AZT para tratar el Sida...
-Ya en el congreso sobre Sida celebrado en Copenhague en mayo de 1992 los "Supervivientes del Sida" afirmaron que la solución entonces propuesta por la medicina científica para combatir el VIH, el AZT, era absolutamente ineficaz. Hoy eso está fuera de toda duda. Pues bien, yo afirmo que se puede sobrevivir al sida... pero no al AZT. Este medicamento es más mortal que el sida. El simple sentido común permite entender que no es con fármacos inmunodepresores como se refuerza el sistema inmunitario. Mire, el sida se ha convertido en otro gran negocio. Por tanto, se promociona ampliamente combatirlo porque ello da mucho dinero a la industria farmacéutica.
Es así de simple.
-Hablemos de la "tercera gran mentira" de las autoridades: la de que el cáncer es un misterio.
-El llamado cáncer, es decir, la masiva proliferación anómala de células, es algo tan habitual que todos lo padecemos varias veces a lo largo de nuestra vida. Sólo que cuando eso sucede el sistema inmunitario actúa y destruye las células cancerígenas. El problema surge cuando nuestro sistema inmunitario está débil y no puede eliminarlas. Entonces el conjunto de células cancerosas acaba creciendo y formando un tumor.
-Y es en ese momento cuando se entra en el engranaje del "sistema de enfermedad". ..
-Así es. Porque cuando se descubre un tumor se le ofrece de inmediato al paciente, con el pretexto de ayudarle, que elija entre estas tres posibilidades o "formas de tortura": amputarle (cirugía), quemarle (radioterapia) o envenenarle (quimioterapia) . Ocultándosele que hay remedios alternativos eficaces, inocuos y baratos.
Y después de cuatro décadas de "lucha intensiva" contra el cáncer, ¿cuál es la situación en los propios países industrializados? Que la tasa de mortalidad por cáncer ha aumentado. Ese simple hecho pone en evidencia el fracaso de su prevención y de su tratamiento. Se han despilfarrado miles de millones de euros y tanto el número de enfermos como de muertos sigue creciendo.
Hoy sabemos a quién beneficia esta situación. Como sabemos quién la ha creado y quién la sostiene. En el caso de la guerra todos sabemos que ésta beneficia sobre todo a los fabricantes y traficantes de armas. Bueno, pues en medicina quienes se benefician son los fabricantes y traficantes del "armamento contra el cáncer"; es decir, quienes están detrás de la quimioterapia, la radioterapia, la cirugía y toda la industria hospitalaria.
LA MAFIA, UNA NECESIDAD EVOLUTIVA
-Sin embargo, a pesar de todo, usted mantiene que la mafia médica es una necesidad evolutiva de la humanidad. ¿Qué quiere decir con esa afirmación?
-Verá, piense en un pez cómodamente instalado en su pecera. Mientras tiene agua y comida todo está bien pero si le empieza a faltar el alimento y el nivel del agua desciende peligrosamente el pez decidirá saltar fuera de la pecera buscando una forma de salvarse. Bueno, pues yo entiendo que la mafia médica nos puede empujar a dar ese salto individualmente. Eso sí, habrá mucha gente que preferirá morir a saltar.
-Pero para dar ese salto es preciso un nivel de conciencia determinado.
-Sí. Y yo creo que se está elevando mucho y muy rápidamente. La información que antes se ocultaba ahora es pública: que la medicina mata personas, que los medicamentos nos envenenan, etc. Además, el médico alemán Ryke Geerd Hamer ha demostrado que todas las enfermedades son psicosomáticas y las medicinas no agresivas ganan popularidad. La mafia médica se desplomará como un castillo de naipes cuando un 5% de la población pierda su confianza en ella. Basta que ese porcentaje de la población mundial sea consciente de su propia divinidad. Entonces decidirá escapar de la esclavitud a la que le tiene sometida la mafia y el sistema actual se derrumbará. Tan sencillo como eso.
-¿Y en qué punto cree que estamos?
-Pues no sabría cuantificarlo pero pienso que probablemente en menos de 5 años todo el mundo se dará cuenta ya de que cuando va al médico va a un especialista de la enfermedad y no a un especialista de la salud. Dejar a un lado la llamada "medicina científica" y la seguridad que propone para ir a un terapeuta es ya un paso importante. También lo es perder el respeto y la obediencia ciega al médico. El gran paso es decir no a la autoridad exterior y decir sí a nuestra autoridad interior.
-¿Y qué es lo que nos impide romper con la autoridad exterior?
-El miedo. Tenemos miedo a no acudir al médico. Pero es el miedo, por sí mismo, quien nos puede enfermar y matar. Nos morimos de miedo. Se nos olvida que la naturaleza humana es divina, es decir, concebida para comportarnos como dioses. ¿Y desde cuándo los dioses tienen miedo? Cada vez que nos comportamos de manera diferente a la de un dios nos ponemos enfermos. Esa es la realidad.
-¿Y qué cree que pueden hacer los medios de comunicación para contribuir a la elevación de la conciencia en esta materia?
-Informar sin intentar convencer. Decir lo que sabéis y dejar a la gente hacer lo que quiera con la información. Porque intentar convencerles sería imponer otra verdad y de nuevo estaríamos en otra guerra. Se necesita sólo dar referencias. Basta decir las cosas. Luego, la gente las escuchará si resuenan en ellos. Y si su miedo es mayor que su amor por sí mismos dirán: "Eso es imposible". En cambio, si tienen abierto el corazón escucharán y se cuestionarán sus convicciones. Es entonces, en ese momento, cuando quieran más, cuando se les puede dar más información.
Laura Jimeno Muñoz
ACTORES DE LA MAFÍA MÉDICA
Para Ghislaine Lanctôt, los actores de La mafia médica son los siguientes:
-El paciente. Es el explotado por excelencia. Cuanto más enfermo esté mayores beneficios para la industria farmacéutica. En consecuencia, hay que mantenerlo enfermo y medicado.
-El médico. Es el vendedor inconsciente de los productos de la industria así como su instrumento de promoción. Las autoridades le forman de tal manera que estará al servicio de sus fines al pie de la letra, sin cuestionar jamás la sacrosanta verdad que se le inculca como doctrina. Según los casos, también se le puede sobornar con privilegios económicos, jerárquicos o ambos. En cuanto al terapeuta, simplemente es declarado ilegal y se le elimina, o bien se le integra y se le controla.
-Los hospitales, clínicas, laboratorios y farmacias. Son los distribuidores del fabricante, sus cómplices. Para eso se les paga bien. La recompensa por su buena disposición suele ser de orden crematístico.
-La industria. Es el explotador. El Padrino del sistema sanitario, el Gran Dictador y beneficiario de la enfermedad. Su inmenso poder oculto hace que se le sometan todos los niveles de "autoridades" , ya sean del gobierno, médicas o mediáticas. Después de todo, es la industria la que concede el acceso al poder y la notoriedad. Lo que se pide, en contrapartida, es que nadie muerda la mano que le da de comer. Su lema es "Cuantos más pacientes enfermos, con mayor frecuencia y durante más tiempo, más rentabilidad" . Todo vale para conseguirlo.
-Las autoridades. Son el usurpador. Han creado las instituciones y las leyes para apropiarse y desposeer al paciente de sus legítimos derechos sobre su salud. Para no despertar sospechas las autoridades se ocultan tras un biombo: el Gobierno. Las instituciones y los seguros se sitúan bajo su control directo o indirecto. Lo elegimos y financiamos nosotros pero nos traiciona vendiéndonos a la industria. En realidad, el gobierno y sus organismos ("las autoridades" ) son generalmente asalariados de la industria.
-La mafia de las mafias. El poder establecido no es sólo nacional. Por encima del sistema sanitario de cada país hay un sistema sanitario mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS), que dicta la política sanitaria global a seguir por todos los gobiernos del planeta.
Por Laura Jimeno Muñoz de la revista Dyscovery Salud
Quien hace tal afirmación es Ghislaine Lanctôt, la polémica autora del best seller mundial "La mafia médica". En él, esta doctora a la que se ha desposeído de su título de Medicina denuncia el actual sistema sanitario y la corrupción que hay tras el mismo, permitida y amparada por médicos y gobiernos en beneficio de las grandes empresas farmacéuticas y en detrimento de los ciudadanos. De ahí que propugne la vuelta a la soberanía individual sobre la salud como forma de acabar con esa mafia.
Ghislaine Lanctôt ha ejercido la Medicina durante 27 años. Ahora no ejerce... aunque quisiera. ¿El motivo? Hace ocho años la retiraron la licencia de médico. ¿Por qué? Por publicar La mafia médica (Ed. Vesica Piscis). ¿Y qué contiene ese libro -se preguntará el lector- para que haya provocado tal sanción? Pues -como fácilmente se entiende a juzgar por el título- una descripción exhaustiva del "sistema de enfermedad" -y no sanitario- que actualmente existe.
MEDICINA SIGNIFICA NEGOCIO
La autora de La mafia médica acabó sus estudios de Medicina en 1967, una época en la que -como ella misma confiesa- estaba convencida de que la Medicina era extraordinaria y de que antes del final del siglo XX se tendría lo necesario para curar cualquier enfermedad. Sólo que esa primera ilusión fue apagándose hasta extinguirse.
-¿Por qué esa decepción?
-Porque empecé a ver muchas cosas que me hicieron reflexionar. Por ejemplo, que no todas las personas respondían a los maravillosos tratamientos de la medicina oficial. Además en aquella época entré en contacto con varios "terapeutas suaves" -es decir, practicantes de terapias no agresivas- que no tuvieron reparo alguno en abrirme sus consultas y dejarme ver lo que hacían. Y llegué pronto a la conclusión de que las medicinas no agresivas son más eficaces, más baratas y, encima, tienen menores efectos secundarios.
-Y supongo que empezó a preguntarse por qué en la Facultad nadie le había hablado de esas terapias alternativas no agresivas
-Así es. Luego mi mente fue más allá y empecé a cuestionarme cómo era posible que se tratara de charlatanes a personas a las que yo misma había visto curar y por qué se las perseguía como si fueran brujos o delincuentes. Por otra parte, como médico había participado en muchos congresos internacionales -en algunos como ponente- y me di cuenta de que todas las presentaciones y ponencias que aparecen en tales eventos están controladas y requieren obligatoriamente ser primero aceptadas por el "comité científico" organizador del congreso. ¿Y quién designa a ese comité científico? Pues generalmente quien financia el evento: la industria farmacéutica. ¡Si hoy son las multinacionales las que deciden hasta qué se enseña a los futuros médicos en las facultades y qué se publica y expone en los congresos de medicina! El control es absoluto.
-Y eso fue clarificador para usted...
-Y tanto. Darme cuenta del control y de la manipulación a la que están sometidos los médicos -y los futuros médicos, es decir, los estudiantes- me hizo entender claramente que la Medicina es, ante todo, un negocio. La Medicina está hoy controlada por los seguros -públicos o privados, da igual- porque en cuanto alguien tiene un seguro pierde el control sobre el tipo de medicina al que accede. Ya no puede elegir. Es más, los seguros determinan incluso el precio de cada tratamiento y las terapias que se van a practicar. Y es que si miramos detrás de las compañías de seguros o de la seguridad social... encontramos lo mismo.
-El poder económico.
-Exacto, es el dinero quien controla totalmente la Medicina. Y lo único que de verdad interesa a quienes manejan este negocio es ganar dinero. ¿Y cómo ganar más? Pues haciendo que la gente esté enferma... porque las personas sanas no generan ingresos. La estrategia consiste, en suma, en tener enfermos crónicos que tengan que consumir todo tipo de productos paliativos, es decir, para tratar sólo síntomas; medicamentos para aliviar el dolor, bajar la fiebre, disminuir la inflamación.. . pero nunca fármacos que puedan resolver una dolencia. Eso no es rentable, no interesa. La medicina actual está concebida para que la gente permanezca enferma el mayor tiempo posible y compre fármacos; si es posible, toda la vida.
UN SISTEMA DE ENFERMEDAD
-Infiero que ésa es la razón de que en su libro se refiera al sistema sanitario como "sistema de enfermedad".
-Efectivamente. El llamado sistema sanitario es en realidad un sistema de enfermedad. Se practica una medicina de la enfermedad y no de la salud. Una medicina que sólo reconoce la existencia del cuerpo físico y no tiene en cuenta ni el espíritu, ni la mente, ni las emociones. Y que además trata sólo el síntoma y no la causa del problema. Se trata de un sistema que mantiene al paciente en la ignorancia y la dependencia, y al que se estimula para que consuma fármacos de todo tipo.
-Se supone que el sistema sanitario está al servicio de las personas...
-Está al servicio de quien le saca provecho: la industria farmacéutica. De manera oficial -puramente ilusoria- el sistema está al servicio del paciente pero, oficiosamente, en la realidad, el sistema está a las órdenes de la industria que es la que mueve los hilos y mantiene el sistema de enfermedad en su propio beneficio. Se trata, en suma, de una auténtica mafia médica, de un sistema que crea enfermedades y mata por dinero y por poder.
-¿Y qué papel juega el médico en esa mafia?
-El médico es -muchas veces de forma inconsciente, es verdad- la correa de transmisión de la gran industria. Durante los 5 a 10 años que pasa en la Facultad de Medicina el sistema se encarga de inculcarle unos determinados conocimientos y de cerrarle los ojos a otras posibilidades. Posteriormente, en los hospitales y congresos médicos, se les refuerza en la idea de que la función del médico es curar y salvar vidas, de que la enfermedad y la muerte son fracasos que debe evitar a toda costa y de que la enseñanza recibida es la única válida. Además se les enseña que el médico no debe implicarse emocionalmente y que es un "dios" de la salud. De ahí que incluso exista caza de brujas entre los propios profesionales de la medicina. La medicina oficial, la "científica", no puede permitir que existan otras formas de curar que no sean serviles al sistema.
-El sistema, en efecto, pretende hacer creer que la única medicina válida es la llamada "medicina científica", la que usted aprendió y de la que ha renegado. Precisamente en el mismo número en que va a aparecer su entrevista publicamos un artículo al respecto.
-La medicina científica está enormemente limitada porque se basa en la física materialista de Newton: tal efecto obedece a tal causa. Y, por ende, tal síntoma precede a tal enfermedad y requiere tal tratamiento. Se trata de una medicina que además sólo reconoce lo que se ve, se toca o se mide y niega toda conexión entre las emociones, el pensamiento, la conciencia y el estado de salud del físico. Y cuando se la importuna con algún problema de ese tipo le cuelga la etiqueta de "enfermedad psicosomática" al paciente y le envía a casa tras recetarle pastillas para los nervios.
-Es decir, que a su juicio la medicina convencional sólo se ocupa de hacer desaparecer los síntomas.
-Salvo en lo que a cirugía se refiere, los antibióticos y algunas pocas cosas más, como los modernos medios de diagnóstico, sí. Da la impresión de curar pero no cura. Simplemente elimina la manifestación del problema en el cuerpo físico pero éste, tarde o temprano, resurge.
-A su juicio, pues, dan mejor resultado las llamadas medicinas suaves o no agresivas.
-Son una mejor opción porque tratan al paciente de forma holística y le ayudan a sanar... pero tampoco curan. Mire, cualquiera de las llamadas medicinas alternativas constituyen una buena ayuda pero son sólo eso: complementos. Porque el verdadero médico es uno mismo. Y cuando uno es consciente de su soberanía sobre la salud deja de necesitar terapeutas. El enfermo es el único que puede curarse. Nadie puede hacerlo en su lugar. La autosanación es la única medicina que cura. La cuestión es que el sistema trabaja para que olvidemos nuestra condición de seres soberanos y nos convirtamos en seres sumisos y dependientes. En nuestras manos está pues romper esa esclavitud.
-Y, en su opinión, ¿por qué las autoridades políticas, médicas, mediáticas y económicas lo permiten? ¿Por qué los gobiernos no acaban con este sistema de enfermedad, costosísimo por otra parte?
-A ese respecto tengo tres hipótesis. La primera es que quizás no saben que todo esto está pasando... pero es difícil de aceptar porque la información está a su alcance desde hace muchos años y en los últimos veinte años son ya varias las publicaciones que han denunciado la corrupción del sistema y la conspiración existente. La segunda hipótesis es que no pueden acabar con ello... pero también resulta difícil de creer porque los gobiernos tienen el suficiente poder.
-Y la tercera, supongo, es que no quieren acabar con el sistema.
-Pues lo cierto es que, eliminadas las otras dos hipótesis, ésa parece la más plausible. Y si un Gobierno se niega a acabar con un sistema que arruina y mata a sus ciudadanos es porque forma parte de él, porque forma parte de la mafia.
LA MAFIA MÉDICA
-¿Quiénes integran, a su juicio, la "mafia médica"?
-A diferentes escalas y con distintas implicaciones, por supuesto, la industria farmacéutica, las autoridades políticas, los grandes laboratorios, los hospitales, las compañías aseguradoras, las Agencias del Medicamento, los colegios de médicos, los propios médicos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) -el Ministerio de Sanidad de la ONU- y, por supuesto, el gobierno mundial en la sombra del dinero.
-Tenemos entendido que para usted la Organización Mundial de la Salud es "la mafia de las mafias".
-Así es. Esa organización está completamente controlada por el dinero. La OMS es la organización que establece, en nombre de la salud, la "política de enfermedad" en todos los países. Todo el mundo tiene que obedecer ciegamente las directrices de la OMS. No hay escapatoria. De hecho, desde 1977, con la Declaración de Alma ATA, nadie puede escapar de su control.
-¿En qué consiste esa declaración?
-Se trata de una declaración que da a la OMS los medios para establecer los criterios y normas internacionales de práctica médica. Se desposeyó así a los países de su soberanía en materia de salud para transferirla a un gobierno mundial no elegido cuyo "ministerio de salud" es la OMS. Desde entonces "derecho a la salud" significa "derecho a la medicación". Así es como se han impuesto las vacunas y los medicamentos a toda la población del globo.
-Una labor que no se cuestiona.
-Claro, porque, ¿quién va a osar dudar de las buenas intenciones de la Organización Mundial de la Salud? Sin embargo, hay que preguntarse quién controla a su vez esa organización a través de la ONU: el poder económico.
-¿Cree que ni siquiera las organizaciones humanitarias escapan a ese control?
-Por supuesto que no. Las organizaciones humanitarias también dependen de la ONU, es decir, del dinero de las subvenciones. Y, por tanto, sus actividades están igualmente controladas. Organizaciones como Médicos sin fronteras creen que sirven altruistamente a la gente pero en realidad sirven al dinero.
-Una mafia sumamente poderosa...
-Omnipotente, diría yo. Ha eliminado toda competencia. Hoy día a los investigadores se les "orienta". Los disidentes son encarcelados, maniatados y reducidos al silencio. A los terapeutas "alternativos" se les tilda de locos, se les retira la licencia o se les encarcela también. Los productos alternativos rentables han caído igualmente en manos de las multinacionales gracias a las normativas de la OMS y a las patentes de la Organización Mundial del Comercio. Las autoridades y sus medios de comunicación social se ocupan de alimentar entre la población el miedo a la enfermedad, a la vejez y a la muerte. De hecho, la obsesión por vivir más o, simplemente, por sobrevivir ha hecho prosperar incluso el tráfico internacional de órganos, sangre y embriones humanos. Y en muchas clínicas de fertilización en realidad se "fabrican" multitud de embriones que luego se almacenan para ser utilizados en cosmética, en tratamientos rejuvenecedores, etc. Eso sin contar con que se irradian los alimentos, se modifican los genes, el agua está contaminada, el aire envenenado.. .
Es más, los niños reciben absurdamente hasta 35 vacunas antes de ir a la escuela. Y así, cada miembro de la familia tiene ya su pastillita: el padre, la Viagra; la madre, el Prozac; el niño, el Ritalin.
Y todo esto, ¿para qué? Porque el resultado es conocido: los costes sanitarios suben y suben pero la gente sigue enfermando y muriendo igual.
LAS AUTORIDADES MIENTEN
-Lo que usted explica del sistema sanitario imperante es una realidad que cada vez más gente empieza a conocer pero nos han sorprendido algunas de sus afirmaciones respecto a lo que define como "las tres grandes mentiras de las autoridades políticas y sanitarias". ..
-Pues lo reitero: las autoridades mienten cuando dicen que las vacunas nos protegen, mienten cuando dicen que el sida es contagioso y mienten cuando dicen que el cáncer es un misterio.
-Bien, hablemos de ello aunque ya le adelanto que en la revista no compartimos algunos de sus puntos de vista. Si le parece, podemos empezar hablando de las vacunas. A nuestro juicio, afirmar que ninguna vacuna es útil no se sostiene. Otra cosa, que sí compartimos, es que algunas son ineficaces y otras inútiles; a veces, hasta peligrosas.
-Pues yo mantengo todas mis afirmaciones. La única inmunidad auténtica es la natural y ésa la desarrolla el 90% de la población antes de los 15 años. Es más, las vacunas artificiales cortocircuitan por completo el desarrollo de las primeras defensas del organismo.
Y que las vacunas tienen riesgos es algo muy evidente; a pesar de lo cual se oculta. Por ejemplo, una vacuna puede provocar la misma enfermedad para la que se pone. ¿Por qué no se advierte? También se oculta que la persona vacunada puede transmitir la enfermedad aunque no esté enferma. Asimismo, no se dice que la vacuna puede sensibilizar a la persona frente a la enfermedad. Aunque lo más grave es que se oculte la inutilidad constatada de ciertas vacunas.
-¿A cuáles se refiere?
-Pues a las de enfermedades como la tuberculosis y el tétanos (vacunas que no confieren ninguna inmunidad), la rubéola (de la que el 90% de las mujeres están protegidas de modo natural), la difteria (que durante las mayores epidemias sólo alcanzaba al 7% de los niños a pesar de lo cual hoy se vacuna a todos), la gripe y la hepatitis B (cuyos virus se hacen rápidamente resistentes a los anticuerpos de las vacunas).
-¿Y hasta qué punto pueden ser también peligrosas?
-Las innumerables complicaciones que causan las vacunas -desde trastornos menores hasta la muerte- están suficientemente documentadas; por ejemplo, la muerte súbita del lactante. Por eso hay ya numerosas protestas de especialistas en la materia y son miles las demandas judiciales que se han interpuesto contra los fabricantes. Por otra parte, cuando se examinan las consecuencias de los programas de vacunaciones masivas se extraen conclusiones esclarecedoras.
-Le agradecería que mencionara algunas.
-Mire, en primer lugar las vacunas son caras y le suponen a los estados un gasto de miles de millones de dólares al año. Por tanto, el único beneficio evidente y seguro de las vacunas... es el que obtiene la industria. Además, la vacunación estimula el sistema inmune pero, repetida la vacunación, el sistema se agota. Por tanto, la vacuna repetida puede hacer, por ejemplo, estallar el "sida silencioso" y garantizar un "mercado de la enfermedad" perpetuamente floreciente.
Más datos: la vacunación incita a la dependencia médica y refuerza la creencia de que nuestro sistema inmune es ineficaz. Aunque lo más horrible es que la vacunación facilita los genocidios selectivos pues permite liquidar a personas de cierta raza, de cierto grupo, de cierta región... Sirve como experimentació n para probar nuevos productos sobre un amplio muestrario de la población y es un arma biológica potentísima al servicio de la guerra biológica porque permite intervenir en el patrimonio genético hereditario de quien se quiera.
-Bueno, es evidente que hay muchas cosas de las que se puede hacer un buen o mal uso pero eso depende de la voluntad e intención de quien las utiliza. Bien, hablemos si le parece de la segunda "gran mentira" de las autoridades: usted afirma que el sida no es contagioso. Y perdone, pero así como el resto de sus afirmaciones en este ámbito nos han parecido razonadas y razonables no hemos visto que argumente esa afirmación.
-Yo afirmo que la teoría de que el único causante del Sida es el VIH o Virus de la Inmunodeficiencia Adquirida es falsa. Ésa es la gran mentira. La verdad es que tener el VIH no implica necesariamente desarrollar sida. Porque el sida no es sino una etiqueta que se "coloca" a un estado de salud al que dan lugar numerosas patologías cuando el sistema inmune está bajo. Y niego que tener Sida equivalga a muerte segura. Pero, claro, esa verdad no interesa. Las autoridades nos imponen a la fuerza la idea de que el sida es una enfermedad causada por un solo virus a pesar de que el propio Luc Montagnier, del Instituto Pasteur, co-descubridor oficial del VIH en 1983, reconoció ya en 1990 que el VIH no es suficiente por sí solo para causar el sida. Otra evidencia es el hecho de que hay numerosos casos de Sida sin virus VIH y numerosos casos de virus VIH sin Sida (seropositivos) . Por otro lado, aún no se ha conseguido demostrar que el virus VIH cause el Sida, lo cual es una regla científica elemental para establecer una relación causa-efecto entre dos factores. Lo que sí se sabe, sin embargo, es que el VIH es un retrovirus inofensivo que sólo se activa cuando el sistema inmune está debilitado.
-Por cierto, usted afirma en su libro que el VIH fue creado artificialmente en un laboratorio. ..
-Sí. Investigaciones de eminentes médicos indican que el VIH fue creado mientras se hacían ensayos de vacunación contra la hepatitis B en grupos de homosexuales. Y todo indica que el continente africano fue contaminado del mismo modo durante campañas de vacunación contra la viruela. Claro que otros investigadores van más lejos aún y afirman que el virus del Sida fue cultivado como arma biológica y después deliberadamente propagado mediante la vacunación de grupos de población que se querían exterminar.
-También observamos que ataca duramente la utilización del AZT para tratar el Sida...
-Ya en el congreso sobre Sida celebrado en Copenhague en mayo de 1992 los "Supervivientes del Sida" afirmaron que la solución entonces propuesta por la medicina científica para combatir el VIH, el AZT, era absolutamente ineficaz. Hoy eso está fuera de toda duda. Pues bien, yo afirmo que se puede sobrevivir al sida... pero no al AZT. Este medicamento es más mortal que el sida. El simple sentido común permite entender que no es con fármacos inmunodepresores como se refuerza el sistema inmunitario. Mire, el sida se ha convertido en otro gran negocio. Por tanto, se promociona ampliamente combatirlo porque ello da mucho dinero a la industria farmacéutica.
Es así de simple.
-Hablemos de la "tercera gran mentira" de las autoridades: la de que el cáncer es un misterio.
-El llamado cáncer, es decir, la masiva proliferación anómala de células, es algo tan habitual que todos lo padecemos varias veces a lo largo de nuestra vida. Sólo que cuando eso sucede el sistema inmunitario actúa y destruye las células cancerígenas. El problema surge cuando nuestro sistema inmunitario está débil y no puede eliminarlas. Entonces el conjunto de células cancerosas acaba creciendo y formando un tumor.
-Y es en ese momento cuando se entra en el engranaje del "sistema de enfermedad". ..
-Así es. Porque cuando se descubre un tumor se le ofrece de inmediato al paciente, con el pretexto de ayudarle, que elija entre estas tres posibilidades o "formas de tortura": amputarle (cirugía), quemarle (radioterapia) o envenenarle (quimioterapia) . Ocultándosele que hay remedios alternativos eficaces, inocuos y baratos.
Y después de cuatro décadas de "lucha intensiva" contra el cáncer, ¿cuál es la situación en los propios países industrializados? Que la tasa de mortalidad por cáncer ha aumentado. Ese simple hecho pone en evidencia el fracaso de su prevención y de su tratamiento. Se han despilfarrado miles de millones de euros y tanto el número de enfermos como de muertos sigue creciendo.
Hoy sabemos a quién beneficia esta situación. Como sabemos quién la ha creado y quién la sostiene. En el caso de la guerra todos sabemos que ésta beneficia sobre todo a los fabricantes y traficantes de armas. Bueno, pues en medicina quienes se benefician son los fabricantes y traficantes del "armamento contra el cáncer"; es decir, quienes están detrás de la quimioterapia, la radioterapia, la cirugía y toda la industria hospitalaria.
LA MAFIA, UNA NECESIDAD EVOLUTIVA
-Sin embargo, a pesar de todo, usted mantiene que la mafia médica es una necesidad evolutiva de la humanidad. ¿Qué quiere decir con esa afirmación?
-Verá, piense en un pez cómodamente instalado en su pecera. Mientras tiene agua y comida todo está bien pero si le empieza a faltar el alimento y el nivel del agua desciende peligrosamente el pez decidirá saltar fuera de la pecera buscando una forma de salvarse. Bueno, pues yo entiendo que la mafia médica nos puede empujar a dar ese salto individualmente. Eso sí, habrá mucha gente que preferirá morir a saltar.
-Pero para dar ese salto es preciso un nivel de conciencia determinado.
-Sí. Y yo creo que se está elevando mucho y muy rápidamente. La información que antes se ocultaba ahora es pública: que la medicina mata personas, que los medicamentos nos envenenan, etc. Además, el médico alemán Ryke Geerd Hamer ha demostrado que todas las enfermedades son psicosomáticas y las medicinas no agresivas ganan popularidad. La mafia médica se desplomará como un castillo de naipes cuando un 5% de la población pierda su confianza en ella. Basta que ese porcentaje de la población mundial sea consciente de su propia divinidad. Entonces decidirá escapar de la esclavitud a la que le tiene sometida la mafia y el sistema actual se derrumbará. Tan sencillo como eso.
-¿Y en qué punto cree que estamos?
-Pues no sabría cuantificarlo pero pienso que probablemente en menos de 5 años todo el mundo se dará cuenta ya de que cuando va al médico va a un especialista de la enfermedad y no a un especialista de la salud. Dejar a un lado la llamada "medicina científica" y la seguridad que propone para ir a un terapeuta es ya un paso importante. También lo es perder el respeto y la obediencia ciega al médico. El gran paso es decir no a la autoridad exterior y decir sí a nuestra autoridad interior.
-¿Y qué es lo que nos impide romper con la autoridad exterior?
-El miedo. Tenemos miedo a no acudir al médico. Pero es el miedo, por sí mismo, quien nos puede enfermar y matar. Nos morimos de miedo. Se nos olvida que la naturaleza humana es divina, es decir, concebida para comportarnos como dioses. ¿Y desde cuándo los dioses tienen miedo? Cada vez que nos comportamos de manera diferente a la de un dios nos ponemos enfermos. Esa es la realidad.
-¿Y qué cree que pueden hacer los medios de comunicación para contribuir a la elevación de la conciencia en esta materia?
-Informar sin intentar convencer. Decir lo que sabéis y dejar a la gente hacer lo que quiera con la información. Porque intentar convencerles sería imponer otra verdad y de nuevo estaríamos en otra guerra. Se necesita sólo dar referencias. Basta decir las cosas. Luego, la gente las escuchará si resuenan en ellos. Y si su miedo es mayor que su amor por sí mismos dirán: "Eso es imposible". En cambio, si tienen abierto el corazón escucharán y se cuestionarán sus convicciones. Es entonces, en ese momento, cuando quieran más, cuando se les puede dar más información.
Laura Jimeno Muñoz
ACTORES DE LA MAFÍA MÉDICA
Para Ghislaine Lanctôt, los actores de La mafia médica son los siguientes:
-El paciente. Es el explotado por excelencia. Cuanto más enfermo esté mayores beneficios para la industria farmacéutica. En consecuencia, hay que mantenerlo enfermo y medicado.
-El médico. Es el vendedor inconsciente de los productos de la industria así como su instrumento de promoción. Las autoridades le forman de tal manera que estará al servicio de sus fines al pie de la letra, sin cuestionar jamás la sacrosanta verdad que se le inculca como doctrina. Según los casos, también se le puede sobornar con privilegios económicos, jerárquicos o ambos. En cuanto al terapeuta, simplemente es declarado ilegal y se le elimina, o bien se le integra y se le controla.
-Los hospitales, clínicas, laboratorios y farmacias. Son los distribuidores del fabricante, sus cómplices. Para eso se les paga bien. La recompensa por su buena disposición suele ser de orden crematístico.
-La industria. Es el explotador. El Padrino del sistema sanitario, el Gran Dictador y beneficiario de la enfermedad. Su inmenso poder oculto hace que se le sometan todos los niveles de "autoridades" , ya sean del gobierno, médicas o mediáticas. Después de todo, es la industria la que concede el acceso al poder y la notoriedad. Lo que se pide, en contrapartida, es que nadie muerda la mano que le da de comer. Su lema es "Cuantos más pacientes enfermos, con mayor frecuencia y durante más tiempo, más rentabilidad" . Todo vale para conseguirlo.
-Las autoridades. Son el usurpador. Han creado las instituciones y las leyes para apropiarse y desposeer al paciente de sus legítimos derechos sobre su salud. Para no despertar sospechas las autoridades se ocultan tras un biombo: el Gobierno. Las instituciones y los seguros se sitúan bajo su control directo o indirecto. Lo elegimos y financiamos nosotros pero nos traiciona vendiéndonos a la industria. En realidad, el gobierno y sus organismos ("las autoridades" ) son generalmente asalariados de la industria.
-La mafia de las mafias. El poder establecido no es sólo nacional. Por encima del sistema sanitario de cada país hay un sistema sanitario mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS), que dicta la política sanitaria global a seguir por todos los gobiernos del planeta.
domingo, 20 de febrero de 2011
EL FARMACO QUE CURA DEL TODO NO ES RENTABLE
ENTREVISTA A RICHARD ROBERTS: Premio Nobel de Medicina
El Premio Nobel de Medicina de 199 3 Richard Roberts, en una entrevista publicada en el diario La Vanguardia, denuncia que las farmacéuticas se dedican a desarrollar medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad.
- ¿Qué modelo de investigación le parece más eficaz, el estadounidense o el europeo?
- Es obvio que el estadounidense, en el que toma parte activa el capital privado, es mucho más eficiente. Tómese por ejemplo el espectacular avance de la industria informática, donde es el dinero privado el que financia la investigación básica y aplicada, pero respecto a la industria de la salud... Tengo mis reservas.
- Le escucho.
- La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas.
- Explíquese.
- La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital...
- Como cualquier otra industria.
- Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos.
- Pero si son rentables, investigarán mejor.
- Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.
- Por ejemplo...
- He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad...
- ¿Y por qué dejan de investigar?
- Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.
- Es una grave acusación.
- Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo que digo.
- Hay dividendos que matan.
- Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.
- ¿Un ejemplo de esos abusos?
- Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas.
- ¿No me habla usted del Tercer Mundo?
- Ése es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían rentables. Pero yo le estoy hablando de nuestro Primer Mundo: la medicina que cura del todo no es rentable y por eso no investigan en ella.
http://www.nodo50.org/ciencia_popular/

El Premio Nobel de medicina Richard J. Roberts pone de manifiesto que muchas de las enfermedades que hoy son crónicas tienen cura, pero para los laboratorios farmacéuticos no es rentable curarlas del todo, los poderes políticos lo saben, pero los laboratorios compran su silencio financiando sus campañas electorales.
- ¿Qué modelo de investigación le parece más eficaz, el estadounidense o el europeo?
- Es obvio que el estadounidense, en el que toma parte activa el capital privado, es mucho más eficiente. Tómese por ejemplo el espectacular avance de la industria informática, donde es el dinero privado el que financia la investigación básica y aplicada, pero respecto a la industria de la salud... Tengo mis reservas.
- Le escucho.
- La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas.
- Explíquese.
- La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital...
- Como cualquier otra industria.
- Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos.
- Pero si son rentables, investigarán mejor.
- Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.
- Por ejemplo...
- He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad...
- ¿Y por qué dejan de investigar?
- Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.
- Es una grave acusación.
- Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo que digo.
- Hay dividendos que matan.
- Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.
- ¿Un ejemplo de esos abusos?
- Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas.
- ¿No me habla usted del Tercer Mundo?
- Ése es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían rentables. Pero yo le estoy hablando de nuestro Primer Mundo: la medicina que cura del todo no es rentable y por eso no investigan en ella.
- ¿Los políticos no intervienen?
- No se haga ilusiones: en nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.
- De todo habrá.
- Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos – y sé de lo que hablo- dependen descaradamente de esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras...
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