viernes, 9 de diciembre de 2011

En el centenario: SEXUALIDAD Y DEPRESIÓN EN LA VIDA Y OBRA DE ARGUEDAS

Carmen Pinilla y Vilma Arguedas en la presentacion del libro
CARTAS DE ARGUEDAS


Había llegado a La Plata-Argentina en el 65, por esas extrañas circunstancias que llamábamos “exilio”, y será porque éramos foráneos, siempre arraigados a nuestra tierra madre, que de tanto en tanto nos invadía la nostalgia y una tristeza a la que decíamos: “la pena negra”. A veces sentíamos que la vida se nos iba.

Cuando suponía que estaba llegando al final de mi existencia, un día de abril del 71, en la ciudad de La Plata, adquirí un libro, de editorial Lozada, que me permitió conocer el infortunio de un hombre que, como yo, sentía que había perdido la batalla de la vida. Eso es lo que deduje después de devorar en una noche la novela de José María Arguedas "El zorro de arriba y el zorro de abajo". Aunque había leído gran parte de las obras de José María, y desde tan lejos desconocía mas sobre sus actividades, jamás imaginé lo que su novela-diario me revelaba, el relato sobre Chimbote y su suicidio posterior. A partir de allí empecé a sentir, como han sentido muchos, una pasión entrañable por todo lo que fue su vida y su obra, y paradójicamente, me dio la vitalidad necesaria para superar las profundidades en las que a veces caemos las personas en algunos momentos de nuestras vidas.

A los 100 años de su nacimiento y a los 42 años de su muerte podemos señalar que sus contribuciones más substanciales fueron su narrativa andina, sus ensayos sobre folklore, etnología, antropología y cultura indigenista. Ello le mereció importantes premios y sigue siendo objeto de numerosos estudios. Los trabajos de A.Cornejo Polar, Julio Ortega, Martín Lienhard, Willian Rowe, A. Flores Galindo, Mario Vargas Llosa, las cartas editadas por John V. Murra, y las cartas a sus familiares editadas por Carmen María Pinilla, han enriquecido el análisis de la vida y la obra arguediana. Ello nos permitió realizar este análisis en el que intentamos relevar los aspectos de la sexualidad como elementos de mayor incidencia en su cuadro depresivo y en su trágico final, y que publicaramos en la Revista Alborada 23 y que actualizamos al celebrarse el centenario de su nacimiento.
LAS RAICES DE UNA TRAGEDIA

Muchas patologías psíquicas emergentes en la adolescencia tienen sus orígenes en lo acontecido en la infancia. En Arguedas esto es evidente como el mismo lo afirma en el Primer diario de su última novela: “en mayo de 1944 hizo crisis una dolencia psíquica contraída en la infancia y estuve casi cinco años neutralizado para escribir”, y como resulta también de la revisión de sus narrativas, diarios y cartas y de algunos testimonios.

1)Su origen ha sido últimamente cuestionado y han aparecido controversias que ponen en duda lo que ya conocíamos, que nació en Andahuaylas el 18-01-1911, su padre, Víctor Manuel, era abogado de origen cuzqueño y su probable madre, Victoria Altamirano, señora principal de San Pedro de Andahuaylas. Eran una familia de clase media, ligada a la autoridad política y religiosa de esa región campesina quechua hablante. Desafortunadamente su madre murió en 1914, cuando él no había cumplido aun los tres años de edad.

Sin embargo las revelaciones, en sus memorias, de Luis E. Valcárcel, su dilecto maestro, colega de trabajo y
amigo entrañable, de que era hijo natural y fruto de una relación irregular, han permitido que investigaciones posteriores propongan que Arguedas en realidad era hijo de Juanita Tejada, que era la criada del padre de José María y que después fue dado en crianza a Victoria Altamirano, a quien Arguedas reconoce como su verdadera madre, de la cual apenas guarda algunos recuerdos.. "Yo no me acuerdo de mi mamá. Esa es una de las causas de mis perturbaciones emocionales" afirmaba.

Por otra parte desde la escondida localidad de Huanipaca se ha extendido lo que allí se sabía desde el principio y que puede resumirse en lo siguiente: a) José María Arguedas nació fuera del matrimonio Arguedas-Altamirano. B) Es hijo del padre que se menciona y reconoce. Pero en una criada, cual es: Juanita Tejada c) El niño fue arrebatado del seno de su madre natural y se lo presentó como hijo legítimo del matrimonio formalmente establecido. d) Muerta la señora Victoria Altamirano la criada Juanita Tejada reclamó a su hijo. Y este regresó a sus brazos.e) Luego el niño volvió a ser recuperado por la familia Arguedas. f) Que Juanita Tejada enloqueció reclamando a su hijo y al sentir que era imposible recuperarlo.g). Que José María Arguedas Altamirano es en verdad José María Arguedas Tejada. En un informe suscrito por Walter Saavedra dan estos alcances: a) Que las fechas del posible encuentro entre el padre de José María y la criada Juanita Tejada coinciden. b) Que los parientes de Juanita Tejada recuerdan que ella tuvo por aquella fecha del nacimiento de Arguedas un hijo varón. c) Que el genotipo biológico de José María Arguedas corresponde al tronco familiar de Juanita Tejada. (Blanco de piel, ojos claros, zarco, con el pelo castaño y ondulado) d) Que en la investigación se encontró a un sobrino nieto de Juanita Tejada llamado Alejandro Tejada Guillén, que era "…el vivo retrato" de José María Arguedas.

2)Fue recogido por su abuela paterna con la que vivió hasta 1917, año en que su padre se casa por segunda vez con doña Grimanesa Arangoita, viuda adinerada de San Juan de Lucanas en Ayacucho. La familia se instala en Puquio y luego de un año, junto con su hermano Arístides van a vivir a Lucanas con la madrastra. En 1919 su hermano viaja a Lima y el padre de Arguedas empieza a viajar por todos los pueblos en busca de trabajo.

3)José María quedó tres años con su madrastra y un hermanastro con los que vive experiencias terribles que estigmatizaron su vida. Pablo Pacheco, su hermanastro, diez años mayor que él, prototipo de gamonal serrano, cruel, prejuicioso, abusivo y racista, practicaba el exhibicionismo y sadismo. En diversas oportunidades obligó a Arguedas a presenciar sus abusos sexuales con cuantas amantes tenía en el pueblo. A los 9 años contempló sus relaciones íntimas con una viuda, pero más tarde a los 18 años Arguedas volvió y mantuvo una convivencia de varios días con ella.

4)Su madrastra lo relegó a la condición de uno de los sirvientes indios de la casa, rol que abandonaba sólo cuando llegaba su padre, y al partir éste volvía a dormir en la cocina en una batea sobre un pellejo lleno de piojos, a cortar alfalfa en las madrugadas, regar los sembríos en las noches y recibir raciones miserables de comida. Su idioma natural era el quechua. Su refugio y amparo fueron los indios y las indias de la servidumbre que "vieron en mí exactamente como si fuera uno de ellos, con la diferencia que por ser blanco acaso necesitaba mas consuelo ... y me lo dieron a manos llenas". Con ellos se sintió feliz y se identificó toda su vida. Algunas de esas mujeres a las que aprendió a amar con "amor de niño" fueron violadas ante sus ojos infantiles, tal como se relata en su cuento “Warma kuyay”.

5)En julio de 1921 huye, con su hermano, hacia la hacienda Viseca, a la casa de un pariente; allí vive dos años, compartiendo como un "niño feliz" el paisaje, música, baile, ritos y creencias. Desde 1923 a 1926, viaja con su padre por diversos pueblos de la sierra, lo que enriquece su visión de la cultura indígena de la cual él era parte. Se instala luego en Ica como interno del Colegio San Luis Gonzaga. En esta ciudad tuvo también una experiencia traumática, se había enamorado de una muchacha iqueña, Pompeya, que terminó por despedirlo con un desplante racista: "no hago el amor con serranos". Su hermano Arístides describe a este hecho como uno de los que produjeron a José María un mayor trastorno psíquico sexual.

En el verano de 1925, cuando se hallaba de visita en la hacienda Karkequi, en los valles del Apurímac sufrió un accidente con la rueda de un trapiche, de resultas del cual perdió dos dedos de la mano derecha y se le atrofiaron los dedos restantes. Se dice que atribuyó el hecho a un castigo sobrenatural por practicar la masturbación.

6)Su estadía transcurre otros años en Huancayo, Pampas y Yauyos, pero su padre, por quien sentía una gran veneración, muere en Puquio en enero de 1932, dejando nuevamente un profundo vacío en su vida.

7)En 1931 había ingresado a la Universidad de San Marcos y empieza a trabajar en la oficina de correos, se dedica a escribir y publicar la mayor parte de sus cuentos y novelas. En 1937 sufre un año de prisión por su militancia antifascista y en 1949 es despedido injustamente como docente del Colegio Guadalupe.

8) La crítica hacia algunas de sus obras fue muchas veces injusta, estuvo dominada más por criterios políticos que los propiamente literarios que exigían de él un mayor compromiso social que ya en sí tenía su obra, y la publicación previa de los "diarios" de su última novela, en los que emite juicios sobre otros escritores latinoamericanos, generó críticas, ataques personales y una polémica que afectó su sensibilidad provinciana.

09)El proceso cubano en pleno auge, la guerra de Vietnam y el fenómeno del gobierno de Velasco, fueron también motivo para generar otras contradicciones en su vida y tomar ciertas posiciones que muchas veces resultaron controversiales en ese momento histórico-político.

10)Su primer matrimonio con Celia Bustamante, si bien contribuyó al principio a brindarle la seguridad afectiva que buscaba desde niño, posteriormente, como él mismo lo revela, acentuó su angustia y frustración. Sobre su esposa y cuñada decía "me trataron durante 14 años casi como una pertenencia sin derecho ni a voz ni a voto... y en una ocasión verdaderamente estuve muy cerca de lanzarme al balcón y de clavarme un cuchillo.. porque en esas horas en que me celaba tan injusta e implacablemente me echaba a llorar". Celos que parecen justificarse a la luz de los últimos documentos publicados en donde se identifican algunas de las situaciones de infidelidad del escritor en medio de su frustración matrimonial.

11)Otros acontecimientos contribuyeron a acentuar su cuadro psíquico, como los conflictos sociales, culturales y políticos que le tocó vivir. Arguedas, que asumió el socialismo como ideología de su vida, experimentó una honda frustración al ver la deserción de algunos dirigentes comunistas que se pasaron a la extrema derecha. Las responsabilidades que asumió como docente los Colegios de Sicuani y Lima, en la Comisión de Reforma de Planes de Educación Secundaria en el Ministerio de Educación, colaborador de Radio Nacional, Director de la Casa de La Cultura y otros, estuvieron en muchos casos llenos de las comunes trabas, incomprensiones, trámites burocráticos e intereses políticos, lo que le generó una mayor decepción sobre las instituciones públicas de nuestro país.

12) Otro aspecto que es necesario explorar es el componente familiar en el fenómeno afectivo de Arguedas. El año 76 llegué a Chimbote y pude identificar los personajes aún vivientes de "El zorro.." pero también tuve la oportunidad de conocer y compartir algunos años de trabajo con familiares directos de José María, que junto con su hermano Arístides, vivieron muchos años en Chimbote y la región de Ancash. En algunos de ellos pudimos comprobar que el componente depresivo se manifestó también con cierta gravedad en sus vidas, con intentos de suicidio en algunos de ellos. Siendo su obra confesional y habiendo trascendido su vida íntima y familiar a través de su correspondencia publicada, podemos señalar que, tal como se ha descubierto recientemente, la depresión como entidad patológica está ligada a la presencia de un gen determinante en el desencadenamiento del cuadro. También se conoce los problemas de salud del padre, que por referencia de sus propios familiares se trataba de alguien “hipocondriaco” e influenciable, con constantes preocupaciones por su salud, y que andaba tomando frecuentemente medicamentos para sus males supuestos o reales. En una carta a su hermano Arístides, escribe "heredé mucho de la inestabilidad de carácter de nuestro padre, de su debilidad nerviosa, pero en mí son muchos más agudos porque tengo una mentalidad mucho más inquieta y sutil y lucho en un plano más complicado y difícil....¿hemos heredado del viejo ese lado flaco?.. Yo soy la herencia viva de nuestro padre, pero sus defectos espirituales los tengo yo en mayor grado".

UNA NARRATIVA TESTIMONIO DE SUS TRAUMAS

Aunque su narrativa es rica en presentar la realidad-mágico-religiosa de la cultura andina, y los conflictos que genera la integración del mundo occidental y el mundo andino, en gran parte de ella son revelados los sucesos traumáticos que iniciaron sus dolencias. Es verdad que se describe un mundo lleno de los goces de la naturaleza -ríos, árboles, plantas, cerros, pájaros- y la embriaguez de la música, ritos y costumbres, pero mezcladas con personajes y repetidas escenas de violación, de agresión y de injusticia, de las contradicciones de indios y mistis, de serranos y criollos, de zorros de arriba y zorros de abajo. Veamos algunos de ellos

1)El sexo es presentado como un acto brutal y sucio, los que se revelan en sus primeros cuentos publicados en "Agua", 1935, como "Warma Kuyay",

La hacienda era de don Froylán y de mi tío; tenia dos casas. Kutu y yo estábamos solos en el caserío de arriba; mi tío y el resto de la gente fueron al escarbe de papas y dormían en la chacra, a dos leguas de la hacienda.

Subimos las gradas, sin mirarnos siquiera; entramos al corredor, y teníamos allí nuestras camas para dormir alumbrados por la luna. El Kutu se echó callado; estaba triste y molesto. Yo me senté al lado del cholo.

—¡Kutu! ¿Te ha despachado Justina?
—¡Don Froylán la ha abusado, niño Ernesto!
—¡Mentira, Kutu, mentira!
—¡Ayer no más la ha forzado; en la toma de agua, cuando fue a bañarse con los niños!
—¡Mentira, Kutullay, mentira!

Me abracé al cuello del cholo. Sentí miedo; mi corazón parecía rajarse, me golpeaba. Empecé a llorar, como si hubiera estado solo, abandonado en esa gran quebrada oscura.

Tambien en "El horno viejo", donde recrea la crueldad de las experiencias sexuales de las que fue testigo siendo niño.

“Yo solo me quedé, junto a don Froylan, pero cerca de mi Justinacha ingrata. A la orilla de ese rio espumoso..yo vivía sin esperanzas…hasta que un dia me arrancaron de mi querencia para traerme a este buliicio, donde gentes que no quiero, que no comprendo”.(WK). “Se bajo los pantalones mientras Faustino seguía bailando…quedo desnudo desde la cintura para abajo. Se levantó el traje. Yo chuchumeca nomas don Faustino, dijo la chola que estaba recostada en el poyo carcomido del horno viejo…apoyado en la puerta humienta el chico vio que tumbaron a la señora blanca…doña Gudelia empezó a llorar fuerte” (HV).


2)Esto es reafirmado en el cuento "El forastero" publicado en 1964, donde describe el sexo mezclado con el hambre, el abandono, la enfermedad, la muerte y la prostitución, así como el abuso de los patrones con las indias que se describe en innumerables cuentos.

3)Ello se evidencia también en "El sexto" en el que relata las frecuentes escenas de violaciones homosexuales que pudo observar en esa realidad carcelaria cuando estuvo preso en 1937 por haber participado en manifestaciones a favor de la República Española.


4)Sólo en uno de sus cuentos “El aylla” cuando describe que el sexo no tiene caracteres negativos, porque se da en una ceremonia en que las parejas de solteros hacen el amor entre cantos y danzas, como un acto social, comunitario, propio del mundo andino.


5)Para M. Lienhard en "El Zorro…..." el sexo aparece como manifestaciones repelentes, representando lo mas sucio de la sociedad chimbotana. En la novela cada uno de los zorros representaba no sólo los espacios geográficos, costa y sierra, sino también las zonas sexuales de la mujer, lo visible y lo oculto. En la novela se representa la dinámica de la asociación costa-prostituta, que tiene relación con la vieja interpretación de la sierra varonil y la costa femenina, explica también la obsesiva imagen del mar como inmenso sexo de mujer “esa es la gran zorra, ahora mar de Chimbote…ahora la puta mas generosa que huele a podrido..solo fornica con la gran zorra que es la bahía…ahora sexo millonario de la gran puta”. Un sexo que devora, pervierte y sin embargo da vida

CARACTERISTICAS DE LAS DEPRESIONES Y LA DEPRESION DE ARGUEDAS

Los trastornos depresivos, son cuadros en los cuales la perturbación fundamental consiste en una alteración de la afectividad que tiende a la depresión. La mayoría de estos trastornos, como en Arguedas, tienden a ser repetitivos y a menudo el comienzo de cada episodio se relaciona con sucesos o situaciones generadoras de estrés y los niveles van desde leves a graves.

La depresión de Arguedas fue cíclica y estuvo marcada por capítulos de elevación de su ánimo y de hiperactividad en las que pudo producir gran parte de su obra. Para Freud, algunas de las formas de depresión, que las calificaba como "duelo", la persona que lamenta la pérdida de un ser amado, propiedad o creencia ideológica, se siente triste, perdido y por momentos incapaz de disfrutar nada. La muerte temprana de la madre y la continua ausencia del padre generaron una ambivalencia afectiva, y una forma patológica del "duelo".

Para Freud la actividad actúa como refugio, como escape, como compensación a la depresión, por lo que la realización poética (literaria) es la consecuencia de la sublimación de los impulsos eróticos. El Arguedas-niño y el Arguedas-adulto, en el análisis transaccional, son esencialmente un llanto que infructuosamente pide amor pero que odia a la vez.

En el Primer diario de su última novela señala el origen de sus males: "en mayo de 1944 hizo crisis una dolencia psíquica contraída en la infancia y estuve casi cinco años neutralizado para escribir". Hubo épocas en las que tuvo que pedir licencia de trabajo por largos períodos o renunciar al mismo.

Los síntomas que siempre lo acompañaron y por la que tuvo que tomar medicación permanente fue el insomnio. Otros fueron la cefalea, "el dolor de pecho y espalda me siguen, me aplana al amanecer porque me dura largo, pero mientras escribo lo olvido totalmente", y uno de los que más lo atormentaban era su fatiga por la lectura que le había impedido por largos años asimilar documentos importantes.

Otro síntoma relevante fue "la sensación de impotencia viril que me produce esterilidad intelectual". Las últimas cartas publicadas si bien revelan un Arguedas que ha buscado en otras mujeres su realización sexual, también describen a un hombre que en épocas "sufría de dolores de cabeza después de un acto sexual. Esto lo hacía a diario y le causaba daño..". El mismo Arguedas confiesa "el encuentro con una zamba gorda, joven, prostituta, debió ser el toque sutil, complejísimo, que mi cuerpo y alma necesitaban para recuperar el vínculo con todas las cosas y me devolvió eso que los médicos llaman "tono de vida"..".

LOS CAMBIOS DE LA AFECTIVIDAD DE ARGUEDAS

Sus ideas de suicidio aparecieron desde niño, como cuando "pidió a la montaña con la que hablaba que me tragara..". Un intento frustrado es revelado en un texto manuscrito entregado a su hermana Nelly "intenté suicidarme el miércoles 30 de junio (1965), lo había decidido el miércoles anterior en la noche. Vencí el impulso con la intención de hacer un esfuerzo final para recuperar un mínimo de equilibrio que me permitiera trabajar...tuve una infancia bárbara en sufrimientos y hermosura..no debo quedar sobre la tierra como un sobreviviente inútil". Una acción más grave lo llevó a cabo en abril del 66 cuando ingirió 37 pastillas de Seconal de la que pudo ser salvado por una temprana acción médica.

Antes, en los primeros meses del 60 sufre un grave accidente de tránsito que revive su depresión. En carta del 21-05-60, afirma "hace unos diez años tenía suficiente energía para hacer frente a esta clase de luchas, pero las desventuras de mi niñez y mi débil constitución nerviosa me han invalidado bastante.." A pesar de ello, Arguedas pone fin a una etapa de silencio creativo y publica después del 58 "Los ríos profundos", en el 61 "El sexto" y en el 64 "Todas las sangres".

En otra correspondencia a su psiquiatra chilena el 7-05-62, manifiesta un ánimo cambiado producto del tratamiento llevado con esta doctora, pero no deja de manifestar que "en cuanto a mis molestias físicas la única que no he podido superar es el insomnio". Si bien Arguedas, buscó apoyo psiquiátrico, reiteradamente, en Lima, México y otros lugares, los mejores resultados los encontró con esta doctora, que le dio la imagen y la afectividad materna que el destino le había negado tempranamente.

Sin embargo Arguedas vuelve nuevamente a enamorarse en Chile de una mujer casada, Beatriz, con la cual establece una corta relación afectiva, pero con un gran significado vivencial. En carta del 3-7-62 a su psiquiatra le expresa "Cada carta suya (de Beatriz) significaba para mí una aurora y una especie de nuevo renacimiento. Sus cartas y la contemplación de su fotografía purifican mi alma y mi cuerpo en forma que constituye un milagro. ¡No sabia lo que era el amor, queridisima mamá, no lo sabía!. Sus palabras y su imagen ahuyentan el principal demonio que me aterrorizaba y corrompía o pretendía corromper mi alma: las tentaciones sexuales cuya conclusión no me producían sino asco en el mundo... Había una tendencia suicida a entregarme a esos demonios cuando más deprimido me encontraba y cuanto más difícil me parecía afrontar la vida".

Poco después éste amor es sustituido por el de Sybila Arredondo con quien establece una segunda relación matrimonial.

En carta a J. Murra del 15-8-62 expresa "Por fin durante mis dos meses de estadía en Chile pude, con el auxilio de una prodigiosa psicóloga, salvarme de mis principales trastornos nerviosos que los médicos peruanos no habían hecho sino acrecentar. Regresé sin angustia, sin la depresión mortal que me afligía..". Pero quince días después en carta a su psiquiatra fechada el 31-8-62 manifiesta "Despertaron nuevamente los demonios que me estaban devorando...creo que nada de lo mío puede curarse con píldoras sino con vida".

En noviembre del 62 escribe "he luchado valientemente con la depresión de los primeros días y he vencido". En diciembre del mismo año "dentro de pocos días tendré la felicidad de escribir en la primera página: A la Dra Lola Hoffmann a quien debo la resurrección de mi capacidad para el trabajo". En marzo del 63 "he sufrido una inesperada crisis depresiva" y en octubre del 64 "estaba apabullado por una frustración casi inesperada y dolorosa, una pequeña muerte contra la cual me encontraba luchando fieramente".

El 18-08-69 escribe a su hermano Arístides "tu sabes cómo ha sido nuestra vida, cómo por causas algunas claras, mi permanencia en San Juan cuando era muy niño mientras tu estabas en Puquio con papá, por mi infantilismo y sentimiento de gran orfandad, tu eras fuerte de carácter, yo me arrimé a los indios e indias y aprendí de ellos todo o casi todo su maravilloso y casi indescriptible mundo...un abrazo, como el que nuestro padre solía darnos, un abrazo con toda la vida de tu zonzo que jamás desmayó en la lucha pero a quien sólo las desventuras que tuvo con las mujeres lo quebrantaron".

El mismo día en que pone fin a su vida, el 28-11-69 le escribe a su hermano Arístides "Ya no puedo más, no duermo, no leo, no puedo hablar bien ni escribir....recuerda nuestra vida y diles como yo viví un poco distinto que tú, primero con la madrastra y después con nuestro viejo. No me lloren. Hice más de lo que de mí se podía esperar. Viví limpiamente como son en su alma nuestros runas y lo fue nuestro humilde y orgulloso padre".

UNA MUERTE LARGAMENTE ANUNCIADA

La novela de Arguedas sobre Chimbote iniciada a comienzos del 67 más que un proyecto literario fue un acto de supervivencia del escritor, se sintió vencido y escribió su "¿Ultimo diario?" tardando algunos días más en preparar su final.

La publicación de sus primeros diarios, las cartas a sus amigos más íntimos y familiares, sus testimonios en reuniones y algunos eventos culturales, las conversaciones con los intelectuales con los que frecuentaba, así como el episodio del 66, revelaban a un hombre que estaba constantemente despidiéndose de la vida. Beatriz Arguedas, hija de Arístides, nos contaba que ha sido testigo en una ocasión de como su padre rompió un testamento ológrafo que José María le había entregado en ese momento, le increpó su actitud pero expresándole su cariño y la necesidad de que se aferrara a la vida.

En una de la cartas dirigidas al Padre Enrique Camacho de Chimbote y que publicaramos en la Revista Alborada, fechada en Chile el 2-5-69, escribe "Estos períodos de angustia se hacen cada vez más largos y estoy pensando que sino salgo de éste en que estoy metido en estos días, me iré a trabajar a Caraz".

Finalmente, en la última carta a la Dra. Hoffmann fechada el 16-09-69 expresa: "Con la novela trunca en mi mente y en toda mi naturaleza, yo no puedo dictar clases ni investigar...ya no me es posible tampoco volver donde usted a Chile. Estoy condenado. Pero he hecho una vida completa, pura y fecunda, ejemplar..". Cuatro días antes, escribe una carta en quechua a Hugo Blanco en la que anuncia su muerte inminente, reivindicando la lengua de su infancia.

Juan Rulfo y otros escritores, preocupados por esa situación preparan un viaje de Arguedas a México, a fin de ponerlo en manos de otro psicoanalista y de otra escuela, para intentar salvarlo, pero resultó muy tarde, porque un 28 de noviembre del 69 enciende "la última chispa que puedo prender" y aprieta el gatillo del revolver en su sien, falleciendo el 2 de diciembre.

LA VIDA A PESAR DE LA MUERTE

Arguedas narrador, ensayista, etnólogo y finalmente suicida, es producto de una época y de las circunstancias familiares, culturales, sociales, políticas y hasta biológicas, que rodearon su vida, pero es también resultado de la actitud de una parte de la intelectualidad peruana que no supo reconocer en ese momento la verdadera dimensión de su obra. De alguna manera se sintió más despreciado e incomprendido que amado.

Arguedas fue víctima, como muchos otros, de una sociedad hipócrita, violenta, agresiva, y fundamentalmente depresiva. Una sociedad que a los 45 años de su desaparición no ha cambiado en lo sustancial y sigue siendo el lugar donde, como nos lo recuerda Ernesto Sábato, "extraviado en un mundo de túneles y pasillos, el hombre tiembla, ante la imposibilidad de toda meta y el fracaso de todo encuentro..." pero así como para Arguedas con su desaparición se abre una nueva etapa "la de la luz y de la fuerza liberadora e invencible del hombre", Sábato nos dice como una salida "les propongo entonces con la gravedad de las palabras finales de la vida, que nos abracemos en un compromiso... sólo quienes sean capaces de sostener la utopía, serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuánto de humanidad hemos perdido".

Está en nuestras manos cambiar todo ello antes que nos siga destruyendo como lo hizo con José María Arguedas, así sus obras para reivindicar nuestra antigua y ancestral cultura indígena y construir un país más justo y solidario, no serán una utopía arcaica sino un sueño hecho realidad.

Son los años posteriores y en esta celebración de sus 100 años donde se ha venido reconociendo y valorando nuevamente su obra, y se sigue investigando otros aspectos de su vida, revelando nuevas cartas y publicaciones, que podrán enriquecer y comprender mejor su vida trágica pero frutífera por todo el legado que nos dejó para comprender mejor nuestra conflictiva sociedad actual en la que siguen vigentes, hoy más que nunca los enfrentamientos entre las diferentes culturas que tratan de convivir en nuestro Perú.

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